Saturday, October 22, 2005

No se que va a salir de esto. Simplemente me dispuse a escribir. Voy descifrando lo que es inconsciente a medida que escribo. Escribo para saber que existo, y que soy. A veces escribo para aliviarme, como quien busca tomar para olvidar. Yo escribo para vaciarme. Para vaciarme de lo que muchas veces duele. Duele esa tristesa (algunas veces justa y verdadera) metafísica, que día a día se hace notar recordándome que mi vida es una colección de proyectos truncos.
A los seis años empecé natación, luego, por miedos, dejé. A la misma edad me mandaron a inglés, y deje a las 2 clases, no se por qué, supongo que por algún capricho rebelde. A los 7, empece terapia con una psicóloga, y por desición de alguien nunca seguí, a pesar de que a los 15 años haya empezado de vuelta y en la actualidad siga. A los 14, quise irme a la Escuela de Suboficiales General Lemos, a aprender un oficio y ser militar, pero mi madre me desalentó. No fuí. A la misma edad también, empecé un curso de defensa personal de 3 meses, que nunca terminé oficialmente, no se por qué. A los 17, casi 18 me fui a Buenos Aires a hacer el CBC para medicina, la medicina es mi sueño, pero sin embargo, me frustre en el camino y me di cuenta de que quería ingresar en la policía de mi provincia. Me volví. Todavía estoy esperando a que me llamen, hay 3000 personas que esperan lo mismo que yo. Mientras, hasta que me llamen, hice los trámites para entrar como marinero, en la prefectura, por cobardía, por no estudiar para el examen de ingreso y porque no encontraba algunos elementos que debía llevar al día siguiente, no me presenté a rendir. Después me dijeron que me hacían entrar de cualquier forma si aunque sea me hubiese presentado. Me quería morir. Ese mismo año (el año pasado) decidí estudiar enfermería, empecé este año, me estaba yendo bein, pero dejé, aún no se bien por qué, creo que porque pensé que en octubre me iban a llamar de la policía, al fin, despues de un año de laburo fino para poder entrar. Ahora están de paro, y no creo que entre hasta dentro de un tiempo largo.
Me voy quedando en la vida. Cada intento trunco para hacer algo me deja exausto y desvastado, y vivo los días esperando a que pasen y a que algo en cada uno de ellos -días futuros- me sorprendan. pero parecen ser todos iguales. Cre siempre que estoy a punto de caer en un abismo , que nunca encuentro. Por mirar el horizonte, me voy tropezando con varias piedras del camino. Y aún no logro aprender. Sigo escribiendo, para alguna vez, publicar un libro y asegurarme que mi vida no es el sueño de algún escritor, pero aunque me pegue, o me revuelque, se que no me voy a despertar, sino hasta que ese escritor que me sueña, lo decida. Es atroz, espero cada día, pensando que ese día es el horizonte que esperaba, pero ninguno lo es. Entonces me siento vencido por mi mismo, por mis ganas de hacer cosas que nunca hago, por mis fantasías que nunca hago realidad, por mi seriedad, por mi tristeza, por el recuerdo de el gran amor que perdí (quizá -como dice la canción de Cacho Castaña- Por esa puta costumbre...). Y por esa puta costumbre (la de vivir como vivo, soñando) o no se cual, me dejo estar cada día, y me sorprendo cada vez que hago algo trascendente. No se como va a seguir esto, cada instante que lo pienso me siento exasperado, ansioso, tenso, expectante, pero al otro día, nada ocurre. Sigo igual, todos los días vuelvo a despertar, y a veces maldigo eso, todos los días me crece la misma barba y me sigo acostando tarde, todos los días vivo haciendo cosas por los demás (por mi vieja, por mi hermana), y a pesar de mirarme el ombligo todo el tiempo, sigo siendo el mismo, nada cambia, a pesar de que todo los intentos por vivir son truncos, sigo viviendo, y los demás me recuerdan, y de alguna forma trascendí y trasciendo, pero por los que me ven vivir, los que me ven de afuera.

No comments: