Wednesday, December 28, 2005

Las Poblaciones

Todos sabemos que en el suelo existen los mini habitantes. Son animales y personas que miden hasta 1 mm de alto. Y cuando llueve..., sucede lo peor. Los mini habitantes si tienen suerte solo deben evacuar sus casas, pero casi siempre todos mueren ahogados. Cuantas veces ya..., ellos han sufrido un diluvio..., cuantas veces, desde la historia de la eternidad, han sufrido el castigo de perpetuas y consecutivas gotas de agua que los mortificaban. No somos nada, se repetían hasta la resignación, no somos nada.

Confesiones I

Debo confesarles que todos mis escritos son una verdadera y grandiosa mentira, todo lo que en ellos figura es mentira, indistintamente si es realidad o ficción. Se la creyeron, pobres diablos.












Pd: Que la inocencia les valga, que lo pario, se creyeron que mis escritos eran verdades...

Wednesday, December 21, 2005

Reflexiones en la urbe: Capítulo II

Problemática humana común en el universo y la naturaleza


Mi mente de pronto se vacía, cuando toque tus labios y de pronto la realidad fue como en un sueño, pero distinta de cuando era fantasía. La misma música sonaba entonces, como la primera vez que le dije que la quería, y tuve que esperar… Cada noche que pasó, alguien que ya no está ni va a estar, días de facultad, días de dejar pasar un colectivo para esperarla, todo parecía ser vano, y todo termina siendo luego, o parece ser…, tan fácil… Hay cosas en el mundo que nos marean, que nos frustran, que nos humillan, pero entonces, cuando recobramos nuestra dignidad nos quedamos atónitos, sin saber que hacer, ni que decir, porque todo parece estar reparado, y solo importa el instante posterior a los sucesos, y ya no hay motivos para seguir luchando. No sabemos disfrutar, sino por medio de los recuerdos. A pesar de caernos varias veces y de sentirnos fracasados y humillados, no podemos disfrutar de la recuperación, porque la negamos, y la negación desaparece cuando disfrutamos de los recuerdos. Para algunos (no pocos) su misión en la vida es meramente aprender a ser felices y a disfrutar el presente del cual descreemos, tarea ardua y metafísica, porque se basa en la esencia y en la concepción innata que tenemos sobre el universo, y cambiar esta concepción, difícilmente alcance con una vida. En la anterior, sospecho que fui un criminal hábil y despiadado, pero con suerte en el amor. Ahora no aspiro más que a ser policía y aparecen con poca frecuencia amores fugaces en mi vida, que trato de retenerlos y se me escapan. Remediamos en la vida siguiente, lo que hicimos mal en la vida pasada, y las cosas contra las que luchamos y más nos cuestan, no radican sino de nuestra vida anterior. Debo confesar que a pesar de estas últimas letras, sigo siendo igual de católico que hace unos segundos atrás (una grave contradicción y dualidad, reencarnación/resurrección).
Hombres desdichados, que se sienten fracasados, se suicidan, y en la vida siguiente, suelen nacer discapacitados, inhabilitados o disminuidos, su misión será aprender a valorar la vida. Por una parte, vivir queriendo morir, y por otra, morir queriendo vivir? Cual es la más conveniente?. Los ricos son pobres y los pobres, ricos, en una lucha dicotómica entre el bien y el mal, gente que busca ser otro, cambiar, gente que no cambia (Parménides versus Heráclito), los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros, aunque como dice el gran maestro Borges en uno de sus puntos de “Fragmentos de un Evangelio Apócrifo”, no basta ser el último para alguna vez ser el primero. Si somos primeros, no lo disfrutaremos, solo nos alegraremos o lloraremos (si disfrutamos del llanto) cuando seamos los últimos y pensemos que no supimos ser felices y capaces de alegrarnos en cada fragmento ínfimo y a la vez eterno. Hasta que nos hartemos de vivir frustrados y empecemos a recrear nuestras vidas, hasta que pare el auto boicot, hasta que nos demos cuenta de que nuestras culpas de la vida anterior ya están siendo pagadas con nuestro aprendizaje y sufrimiento y que no hace falta seguir sufriendo las contrariedades de la cotidianeidad, porque eso entorpecería aún más nuestra tarea.
¿Una historia de amor entre ella y yo?, ¿o una historia de dos vidas que de manera aleatoria se cruzan? Por un lado se encuentran los sentimientos, y por otro lado las vidas tangibles, e individuales. Podemos verlo de una o de otra forma, pero los resultados no serán comunes en ambas. El gran problema, radica en que la mayoría de los fenómenos humanos y cotidianos, no son cuantitativos. Si mediante la meteorología, que es una ciencia, podemos predecir ligeramente como será el día de mañana, y la mayoría de las veces fallamos, imagínense cuánto costara hacer un cálculo de probabilidades acerca de cuando será la próxima vez que me sienta arruinado o maltrecho. No todo se puede pensar, no todo se puede predecir, y si así lo intentáramos, nuestros registros se volverían cada vez más inhumanos, más estériles, inservibles y perjudiciales. Porque percibimos la realidad de una manera distorsionada, y debemos conformarnos con ello, porque a pesar de no ser la realidad original, es la realidad natural, la que se nos presenta, a todos, y la vemos como normal, a veces nos damos cuenta de que nuestros sentidos y nuestra razón son engañosos y es donde queremos cuantificar los datos y nos confundimos más, y la mayoría de las veces nada sale como lo planeamos. Finalmente, es triste pensar que en el mundo abundan respuestas a preguntas que nunca nos hicimos y abundan preguntas sin respuestas, la mayoría, casi de forma determinante, inminente y definitiva. Preguntas en un mundo que no logramos conocer del todo, que solo llevan a más preguntas y a respuestas, planteamientos o reflexiones que pocas veces son certeras. Somos animales, animales que no ven la realidad original, pero animales políticos dotados de razón, de una razón que sirve para la formulación de preguntas y la elaboración poco práctica de las respuestas. Quizá suceda esto, porque como dice Nietzsche en su artículo “Sobre verdad y mentira en sentido extramoral”, el hombre ha creado un lenguaje común, y la verdad, solo es un establecimiento y un acuerdo común de la mayoría, la verdad es arbitraria. Todos sabemos que la palabra piedra se le asigna a un elemento, pero esa designación fue alguna vez arbitraria, porque no había indicios que nos dijeron que eso era una piedra. Si buscamos los fundamentos de esa verdad, no los encontraremos, porque, socialmente, ya es tarde para acordar nuevas verdades. Un imán natural tiene la propiedad de atraer cuerpos, la gravedad es un fenómeno magnético, pero nunca nadie se preguntó por qué carajo existe el magnetismo, ni por qué existen los electrones y la carga de distintos átomos que se da en un fenómeno electromagnético. Ni siquiera por qué existe el mundo, ni siquiera, la respuesta a una pregunta social y gramáticamente equívoca como: “¿Cuál es la natación?”.

Wednesday, December 07, 2005

Diciembre

Diciembre está lleno de espectativas. La gente se alegra y festeja algo creado e instituido, para algunas culturas, como la navidad y el año nuevo. Se enfatiza el nacimiento de Jesucristo, mal canalizado como es de suponer: la gente se emborracha, anda a toda velocidad, se accidenta, se mata, come a más no poder(gula, pecado capital, mandamientos: no cometerás actos impuros). Dicen alegrarse por la esperanza de que algo mejor llegará. Su inconsciente les dice eso: si festejamos, nos va a ir mejor. Es como una cábala, transformada en una tradición estúpida. Por qué la gente no se reúne y festeja el día del médico (que también es en diciembre) con vistas a que mejore la salud?. Por qué mejor no se instituye el día del peruano?.
La mezcla de bebidas alcohólicas que ingiere la gente en navidad se asemeja a la mezcla de costumbres, yo diría que más que mezcla es una emulsión: que yo sepa no tiene un carajo que ver el nacimiento del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, con papá noel, el arbol de navidad, las guirnaldas, las pelotas de mahoma y la rendición de culto a una entidad abstracta materializada en usos comunes de los países nórdicos y la cultura celta.
Por qué mierda tiene que estar armado el árbol de navidad el 8 de diciembre y desarmado el 7 de enero? Por qué en vez de poner un arbol de navidad no llenamos nuestras casas de coronas fúnebres que digan lo siguiente:
"Del mundo para nosotros"
"Estamos totalmente cagados del casco"
"Felicidades, dueños de supermercados Norte, para las fiestas recaudan como moto, y sus empleados brindan con aguas fecales"
"Festejemos, no podemos alucinar ni crear un mundo surrealista, lleno de alucinaciones, lleno de viajes chamánicos, seguimos las mismas tradiciones de siempre, todo es una mierda"
"Estamos contentos? ahora que brindamos están mejor?, estamos muertos mierda! muertos!, no se dan cuenta todavía?

Y por qué en vez de comer en la mesa, en familia, no comemos de un ataúd lleno de ensalada rusa y osamentas?

Por qué festejamos año nuevo? es algo nuevo, solo eso, no podemos pretender que todo sea mejor. De hecho todo seguirá igual. El universo siempre estará en equilibrio no importa lo que pase. Cuando no pensaba, brindaba por el futuro. Por el futuro de quién? de quiénes?. Por qué el año nuevo no puede comenzar cuando abrimos un nuevo sachet de yogur y festejamos por la alimentación sana?, por qué no tiramos petardos en el baño para festejar cada vez (que es nueva) que nos bañamos o que cagamos?"Viva! pude cagar! hacía una semana que no iba al baño! feliz cago nuevo! y que los próximos sean mejores!".
El hombre es cómodo, prefiere festejar la salud, la enfermedad, el trabajo, la amistad y toda la buena onda en un par de días.
Pan dulce? si, es rico, pero lo venden para las fiestas nada más. De qué mierda estamos contentos? Si nos ponemos contentos porque nos recibimos de algo, o conseguimos un nuevo trabajo, mejor festejar cada vez que lo hacemos.
No se crean que el capitalismo me es ajeno, algún día pienso vender lo que escribo, y con la mejor de las suertes porder vivir de eso. Pero el capitalismo..., con Jesús?. No me rompan las pelotas. Y digan lo que quieran del Vaticano. Para mi es sagrado.
Las fiestas me producen nerviosismo. Como dijo Mario Mactas: son para pasarlas bajo los efectos de los hados o del halopidol.
Creo que hay formas mejores y más útiles para mejorar la realidad que levantando una copita. Yo tengo algunas ideas. Pero algunos reaccionarios, pretenden volver a reestablecer la esclavitud. Ser esclavos del festejo, a los que las fiestas nos importan un bledo, nos psicopatean poniendose mal si no estamos con ellos, haciéndonos sentir culpa o diciendonos que cambiemos la cara cuando a la fuerza nos llevaron a la casa de la tía pepa y el tío jorge a festejar el año nuevo.
Qué quieren que les diga...
Insisto, la humanidad tiende a la autodestrucción. Involucionamos. Los negros son cada vez más negros cada vez que toman alcohol y cada vez se asemejan más al primate, o a la cucaracha. Y esto se pone en evidencia en las fiestas.
Por qué somos tan raros los seres humanos, carajo? por qué mierda no somos vegetales que viven el perfecto nirvana sin que nadie los joda y mueren cuando los dejan de regar?.
Hoy en día para no morir antes dicen que es bueno comer clara de huevo, tomar multivitaminas, alimentarse bien y por unos añitos más de vida, brindar por una feliz navidad y un próspero año nuevo.

Saben qué?

No, si quieren saber adivinen, pidan en los deseos de las fiestas, que les caiga del cielo o del infierno el arte de la adivinación, pero no les pienso contar lo que sigue.

Nada más y muchas gracias por su atención.

Monday, November 28, 2005

Reflexión

Para los que no se dieron cuenta..., en "Un Desquicio"-que fue escrito el 25 de noviembre- hablaba del Ministro de Economía Lic. Roberto Lavagna. No será que mi cuento marcó su destino?. Como sea, escribí eso, y ayer, 28 de noviembre, anunciaron cambios en el gabinete. Roverto Lavagna es reemplazado por Felisa Micheli, o como se escriba, ex titular del Banco Nación, si no me equivoco. Predijo mi cuento que Lavagna no sería más Ministro de Economía?. Y si en verdad Kirchner lo echó porque se volvió loco? o tenía que ocupar alguna banca del legislativo? a mi me parece que no, y si los medios le dicen que es por eso, no les crean.
¿Qué relación guarda mi cuento con la retirada del ministro? ¿Coincidencia?.

Quien sabe, y a quién le importa...

La modernidad

Hombre atlético, cintura chiquitita, espalda muy ancha, músculos marcados e hipertrofiados, sale caminando, de una empresa moderna, mucha plata, de traje, fachada de salpicré ocre y acrilicos esmerilados donde dice el nombre de la empresa y piso flotante de excelencia.
Se sube a un auto moderno, lo enfocan de todos lados..., llueve torrencialmente. En el medio del camino, una mujer semidesnuda lo hace frenar bruscamente, el auto es nuevo, buena marca, buen producto, frena bien, buena aceleración y reacción, lo conduce un empresario jóven. La mujer lo mira queriendolo seducir. Se pasa el dedo índice por los labios. Franquea la puerta del auto. Se sube, se miran.

"Nuevo Chevrolet Astra", dice una voz en off masculina, por ejemplo.

Galeti!!!, otra vez se quedó dormido?, dice el jefe.

Las publicidades vulgares, evidentemente la crean los publicistas que se quedan dormidos tratando de pergeñar publicidades semi aceptables o sensatas.

Los auspiciantes, lo que más quieren, es tiempo de aire, no creatividad.
Si por la creatividad fuse, la humanidad toda hubiese imaginado y recreado mentalmente a la muerte de forma tal que la ubiesen internalizado antes de que el destino lo quiera, y la raza humana hoy, justo hoy, ya no existiría más.
Menos mal que Dios, la cultura o la educación que nos dieron nos limitó a formas verdaderamente profundas de pensar, si no, el destino del planeta Tierra, hoy sería otro. Hoy sería cenizas. Y para los fatalistas..., hacia eso vamos, no se preocupen..., como dicen las viejas: "Los chicos de hoy, son cada vez mas inteligentes..., mi nieto no sabes como maneja la computadora...". De eso se trata la modernidad. progreso ilimitado y renovación y replanteamiento de nuevos paradigmas que rigen el universo, y pronto regirán hasta las leyes de la física.

...Y mi abuelo diría..., hay que joderse carajo...

Ahora me toca nuevamente, decir algo a mi: "Que va ser"... (esa frase no me pertenece, la he escuchado de algún personaje ilústre)

Friday, November 25, 2005

Un desquicio

Los rasgos del escándalo fueron intuidos por esa mente dormida, como una premonición: el Ministro de Economía disertaría ese día en un coloquio. Se despertó y se sintió algo raro, como si la realidad estuviese apagada y los hechos transcurrieran con una velocidad demencial.
Cuando bajó a desayunar, la sirvienta le preguntó qué tomaría, el ministro contesto que café solo, e inmediatamente, esa mente casi senil hilvanó la palabra “café” con la historia económica de los países productores de café y la sirvienta tuvo que escuchar su monólogo durante 20 minutos, cuando inesperadamente, empezó a hablar de un posible aumento en los puntos del I.V.A., y riendo, cuando la sirvienta le trajo el café (el hombre habría quedado hablando solo unos cinco minutos) dijo I.V.A. iba, iba, iba a tomar café pero no se que me pasa, e inesperadamente salió al extenso patio de su casa y miró las camelias imaginando historias chinas de fantasmas por tres minutos, que le parecieron una eternidad.
Los custodios lo miraban extrañados, y el chofer que lo llevaba al coloquio en Mar del Plata, de vez en cuando giraba la cabeza y reía discretamente.
_Señor, se siente bien? –dijo un escribiente retirado de la Federal, que lo custodiaba-
_Pero como nunca jóven! –esbozaba riendo el ministro-.
_Aparte, haber, Rodríguez, que carajo me ve a mi, eh?, ¿nunca vio a un hombre cagado de felicidad como yo?, por favor, señores, manéjense.
_Díaz, tengo hambre y préndete un sahumerio porque hay olor a zorrino.
Nadie contestó, y en el instante inmediato posterior, se encontraba en la Costanera Norte, frente a un restaurante, sentado en el cordón de la vereda, cantando y riendo solo. De golpe se acordó: el coloquio, el coloquio!, tengo que llegar al coloquio!
Lo que sucedió posteriormente fue inverosímil: el ministro hizo dedo, lo levantó un camionero que decía ir hasta Mar del Plata, pero sin embargo lo dejó en Río Gallegos, tres días después.
Entonces decidió que había llegado demasiado lejos, y que ya no importaría su destino ni su devenir, decidió olvidar que en algún momento había sido alguien importante, alguien de gran porte, se inventó un nombre falso (en realidad creó uno nuevo porque el actual no lo recordaba), todos sus familiares y sus allegados políticos lo olvidaron, nadie hizo la denuncia de su desaparición.
Cuando se acuerda, trabaja en un gran Restaurante, lleva la contabilidad de gastos, ingresos y la liquidación de sueldos, pero aún no se explica como adquirió esos conocimientos.

Saturday, November 19, 2005

Fé de erratas

En el relato "Al Agente Héctor Rincón" figuró durante bastante tiempo un nombre erróneo hasta que me hicieron saber que el nombre verdadero era Héctor.
Sepan disculpar estas contrariedades que a causa de la demencia galopante que padezco, me hace olvidar nombres y me limita levemente en algunas cosas, de manera ocasional.
Ninguna otra consideración acerca de las escrituras que yacen aquí.

Friday, November 18, 2005

Reflexiones en la urbe: Capítulo I

Fenomenología de las distancias

A pocos le llama la atención cualquier fenómeno que pueda producirse entre una persona y un suceso, o una cosa, y que a pesar de que estén dadas todas las condiciones físicas para que esos fenómenos se produzcan, hay algo que separa. El fenómeno se basa en la distancia de las cosas. Es la ética la que imparte distancia, no el espacio ni mucho menos el tiempo, aunque se han reportado casos en que esta involucrado el tiempo, como por ejemplo la muerte. He aquí algunos ejemplos concretos para que el lector comprenda la fenomenología de las distancias:

Un supermercado en la provincia de Tucumán, como es de suponerse lleno de comida, y a unos pocos metros, una casa llena de chicos desnutridos. No es la distancia física la que separa a la gente de la comida, sino fenómenos sociales complejos que no vienen al caso. Esos fenómenos sociales son de algún modo distancias, pero la distancia implica en este caso, la desigualdad. Lo que separa es la desigualdad.

Un policía depresivo que vigila las calles, está, por supuesto, armado. No es la distancia física la que separa su mano del arma. Tranquilamente, como un chico desnutrido que va a robar a un supermercado, el policía podría sacar el arma y provocar verdaderos estragos, pero la distancia entre esa fantasía o suposición y la realidad es muy grande, a pesar de llevar el arma en la cintura. Este hecho implica distancia, pero no espacio, implica sentido de realidad, moral y normal funcionamiento de las facultades neuropsíquicas. La distancia entre pensarlo y hacerlo, radica en la razón y en la voluntad (otros dos móviles casi incomprensibles).¿Cómo formamos nuestra conducta y personalidad?. La psicología ha postulado algunas teorías, que se fundan, en lo más profundo de la filosofía del hombre. Y cuanto más interrogamos, más difíciles son las respuestas, evidentemente, no hay respuestas, debemos resignarnos a ello, debemos conformarnos con las reflexiones.

A veces la voluntad no alcanza, porque muchos de estos fenómenos se truncan cuando nos encontramos con la gran pared de la moral (chicos desnutridos que no quieren robar, a pesar de tener un supermercado a la vuelta que los podría alimentar por el resto de sus vidas, policías borrachos tirando tiros al aire, etc.).

Un hombre necesita urgente un medicamento cardiovascular sublingual para su hijo que se esta muriendo en el auto, pero no tiene dinero, el farmacéutico le dice que lo siente, pero que sin dinero no hay pastilla sublingual. La distancia entre el hombre y el medicamento es de unos escasos metros, desde el mostrador a las góndolas de adentro.
Definitivamente el hombre tiene la facultad de decidir acotar y acortar o alargar las distancias, que siempre suelen ser muy pequeñas, pero la ética nos lo impide, a algunos, los más civilizados.

Un hombre ama fervientemente a una mujer que lo visita en su casa. Absoluta y plena soledad. Están dadas las circunstancias para que el hombre proponga los deseos. Pero hay algo que lo frena, que lo convierte en aplomado, que lo pone nervioso y ansioso. Habla con la mujer, y sus labios están a unos escasos 40 cm de los labios de la mujer. Pero la voluntad o la falta de voluntad alargan esas distancias terriblemente.

Una persona desea fervientemente ver a otra, que se encuentra a unos 2000 km de distancia. Con el avión, el problema estaría solucionado en 3 horas como máximo. Las distancias parecen acortarse. Pero no siempre estamos en lo cierto, o en lo que más nos beneficiaría. El capitalismo salvaje reprime este hecho. Esa es la distancia: la falta de dinero, de ganas, de voluntad, el desgano, la irresolución, una mezcla de inoportunidades derivadas de los designios del universo, que impiden que se acorte esa distancia.

¿Cómo saber entonces acortar esas distancias? Algunos lo han logrado y los han llamado anarquistas. No me interesa ser anarquista. Me interesa saber de qué manera algo abstracto como las distancias, tienen vida propia y deciden sobre nuestra voluntad. ¿O acaso las estaremos creando nosotros? ¿Con qué derecho? ¿Con qué deber?, al fin de todo, el ser humano tiene la capacidad de hacer posible lo que por pereza, se cree imposible (la facultad más grande, quizás). Entonces por qué el ser humano no pone fin a esas distancias? Si esas distancias desaparecieran, eso nos permitiría hacer lo que queramos, y el mundo sería un caos. ¿Normas y mandatos sociales? ¿Estructura de la cultura?-¿Folkways, Mores, etc.?. ¿Miedo a recibir una fuerte sanción moral por la sociedad? ¿Vergüenza por encontraros en ropa interior en una clase en la escuela?-el sueño que Freud alguna vez explicó, sobre la vergüenza de la propia desnudez-.

Todo lo hemos creado, y todo podemos destruirlo.


Si todavía quedan neuronas, próximamente, el capítulo II.

Wednesday, November 09, 2005

Al Agente Héctor Rincón

Me parece pertinente dejar escrito un hecho atroz que de vez en cuando recuerdo, como quien ve en la memoria del universo, el llamado inescrutable y eminente a la reminiscencia, al acto de recordar quizá por voluntad de esta memoria universal (que tiene vida propia). Es bueno poder carecer de ilustraciones barrocas excesivas cuando se trata de un suceso así, porque moralmente, por alguna cuestión solemos guardar respeto.
El hombre del que alguna vez me hablaron tenía de apellido Rincón, y había entrado recientemente a la Policía Federal. El lugar: la provincia de Buenos Aires.
No tardó en contarle su mujer (con la cual estaba por casarse), que había un sujeto que la injuriaba y molestaba constantemente en el barrio, con insinuaciones groseras. Por impulso de la hombría de bien, de buen policía y de resguardar la integridad de ella, se dispuso esa tarde, a hacerle una visita al desdichado de cuyo nombre, ahora no quiero acordarme. Le pidió a ella que lo acompañara. Él, recién llegaba de trabajar y estaba de uniforme. Quizás pensó que así, las advertencias serían más temperamentales, y crearían algo de temor.
Tras fuertes intimidaciones y amenazas de tomar represalias, le advirtió, ya en la casa del “maleante”-como la escuché a mi tía una vez hablar así del sujeto- que no siguiera molestándola.
Rincón dio por terminada su tarea, cuando una sombra se dejó entrever por mi tía, que no alcanzó a avisar a tiempo que detrás de él venía el hombre con un machete. El primer golpe sobrevino, y cuando quiso sacar el arma reglamentaria lo terminó de matar.
Fue realmente atroz, para todos los que lo vivieron, y para mi cuando escuche el relato. Por alguna razón, la Policía Federal no puso su nombre entre los Caídos en cumplimiento del deber. En este caso, el deber de un hombre, como hombre, y como policía, que intentó resguardar la vida de los demás, y, con más razón, de la mujer que amaba. Sin embargo su nombre no aparece, y es posible que Dios o la Memoria del Universo me hayan encomendado la difícil tarea de escribir sobre este suceso.
El maleante murió en el Chaco tiempo después en un enfrentamiento con la policía. Si bien este hecho pretendía dar un tono de equilibrio o de justicia, y sirvió para que el hombre no siga matando e injuriando, todos sentimos indignación y un sabor amargo al recordar la muerte de Rincón.
Mi intención, que algunos juzgan inútil, es la de reivindicar la figura de Héctor y de que sea recordado por su acto de profunda valentía, cosa que la Policía Federal no pudo o no quiso hacer.
Héctor, “un gran tipo”, dijo mi padre.

Saturday, November 05, 2005

El cabo Detergente

Promocionaban ya, hace días, ese nuevo producto detergente, sin decir mucho, solo rumores firmes como "algo nuevo está llegando" o algo así. Estaba intrigado, el producto sería lanzado el Domingo 6 de Noviembre a las 23 hs., fenómeno que me pareció inverosímil, porque a esa hora ningún negocio va a recibir mercadería de ese tipo, ni la gente, por mágico que sea el producto, va a hacer fila para entrar a comprar al negocio un detergente...
Escucho que golpean la puerta, mientras miraba el reloj, eran las 23 horas del domingo 6 de Noviembre, con unos segundos de más, ya no pasaban la publicidad.
"¿Quien es?" pregunto desconfiado..., "soy un suboficial de la Oficina Nacional de Investigaciones Detergentes". Al ver que un hombre uniformado, armado y con una capa gris se encontraba del otro lado, abro la puerta, confiado.
El hombre, ya un poco viejo, me dice: "mire, debo hacerle unas preguntas". "Si, adelante, contesto yo-con algo de cortesía-"
_¿Hace cuanto que lo hacen lavar los platos, vasos y cubiertos aquí en su casa?.
_Y..., unos 3 años, mediodias, tardes y noches, lavando sin cesar-dije con abulia y desdén-.
_Lamento informarle que cada gota de detergente que usaba era su alma, y si no me equivoco, el último detergente que compraron ya se ha agotado, y usted está muerto hace una hora y no lo sabe.
_Está bien, contesté-triste, sabiendo que no había más remedio-.
_Es por eso que desde la jefatura, en Buenos Aires, me han pedido que venga a remplazarlo, a lavar platos que usted ya no puede lavar, porque de tanto lavar a usted se le gastó el alma.
_Pero si no tengo alma..., y estoy muerto..., entonces mi alma no va a estar en el paraíso y habré desaparecido por completo del universo-dije ya, muy preocupado-.
_No se, amiguito, arregleselas solo, demasiado que vengo a hacerle el favor de que vaya a descansar en paz. Me permite pasar?, tengo mucho por lavar, y desinfectar la cocina, permiso.
_Está bien- dije resignado, mientras salía de mi casa, sin despedirme, caminando sin rumbo, a llevar a mi cuerpo (que lentamente se iba quedando sin vida) a algún lugar.

Vidita

A X, que es muy parecido a mi, quiza el que yo quiero ser (que no es otro que la imagen que yo mismo proyecto de mi) lo instan a salir unos, ¿amigos?. Tienen intenciones de ir al bar del negro o a la cabaña. X, condolido de su destino, pero temeroso de decir que si por las consecuencias posteriores que pueden afectar los designios del universo, dice que no, resignandose a quedarse en su casa, triste por no animarse a salir afuera (porque ya hace años que no sale, desde que era joven, pero muchos dicen que ya nacio viejo, practicamente) pero seguro en su mansión, refugiado en la metafísica, en la música hipnótica y en la espiritualidad, en Borges, se encierra en la pieza, se acuesta tras haber bebido casi en exceso, y casi deseoso de seguir bebiendo, mientras esta acostado, apagando la luz, y diciendo :"Bueno, a dormir..." y posteriormente:"Voy a adentrarme en el mundo de los sueños", como una cábala para soñar realidades llenas de éxtasis, un ritual diario, se duerme, resignado a seguir siendo el mismo de siempre, pero cada segundo un poco más viejo, a pesar de sentirse inmortal, nunca pierde la esperanza de no despertarse alguna mañana, vencido por el mundo: por un mundo que le exige demasiado: crecer, tener responsabilidades, esforzarse por hacer realidad sus fantasías, y por miedo a fracasar, ya se piensa fracasado, para no volver a intentar; cierra el día diciendo "Voy a adentrarme en el mundo de los sueños", y así en los instantes que predecen al sueño, logra conseguir algo similar a la felicidad.

Saturday, October 29, 2005

Iturralde

Jorge Iturralde trasnochaba en un bar donde había tragos y varias mesas de villar americano.
El desgano, la abulia y la incesante búsqueda existencial luego de sus treinta años dentro de la Policía del Chubut lo habían dejado vacío, junto con la muerte de su esposa.
Pasaba largas horas degustando alguna caña y fumando tabaco negro. La mirada perdida hacia algún rincón, la rigidez, el pelo corto y el bigote eran rasgos que no tardaban en denotar que se había convertido en un hombre solitario y que su vida, si no terminaba pronto o no tomaba un giro inesperado cambiando repentinamente, seguiría siendo la misma, los mismos días en el mismo lugar (que antes eran de comisaría), la misma bebida y la misma soledad.
Transcurría, entonces, inmutable, recordando su historia: en el mil novecientos sesenta y seis había ingresado por decisión de los padres (para paliar su rebeldía) en la Escuela de Cadetes, y en el 95 ya era Comisario Inspector. Pero lo inevitable algún día llegaría y en el 98 pasó a retiro. Desde entonces y tras la muerte de su esposa –en el 99- pasó los días buscando algo que no sabía que era –¿algún designio que el universo le tendría preparado?- y en el dos mil cuatro acabó por recibirse de abogado. Su intento trunco de estar al frente de un estudio jurídico –que no era lo mismo que ser un funcionario importante- lo había devastado.
Quizás era el mismo de siempre, pero gastado, avejentado, consumido, desganado y casi alcohólico (de hecho siempre había tenido problemas con el alcohol) pero él decía riendo que no tenía ningún problema con el alcohol, sino todo lo contrario.
La voz masculina de un sueño lo despertaba todas las madrugadas, desde hacía un año. Esa voz era indescifrable, pero él creía que alguien a quien no conocía le quería decir algo, o lo andaba buscando.
Al fin, una noche un hombre de aspecto similar al de él, con campera de cuero, botas y lentes clásicos oscuros apareció en el bar. Creyó que también ese hombre era o había sido policía, sintió cierta repulsión, porque en un instante lo había confundido con un suboficial de la Brigada de Investigaciones, a quien odiaba. Pero a medida en que el hombre se acercaba a la mesa donde Iturralde estaba sentado bebiendo, y el corazón se aceleraba, esa idea desapareció casi por completo; cuando el forastero con voz amable y a la vez intimidatoria –era quizás la misma voz del sueño- interrumpió aquel vacío de Iturralde:
_Buenas noches, comisario-mientras retiraba una silla de la mesa donde estaba sentado- lo estaba esperando…
Temeroso pero firme, y alzando la mirada Iturralde le dijo en un tono inentendible: _comisario inspector en situación de retiro.
_Espero no molestarlo señor comisario inspector, permiso-dijo mientras se sentaba del lado opuesto-
_Si, si, adelante-prosiguió Iturralde mientras terminaba en último sorbo de caña-de alguna manera yo también lo estaba esperando…
_Como anda la familia, Iturralde? –dijo el hombre con una sonrisa satírica-
_Preferiría que me diga quien carajo es usted, de una vez por todas, amigo-dijo Iturralde un poco molesto- aparte si me conoce debe saber que no tengo familia, sino en otros lugares.
_Así que también usted me esperaba?-dijo el forastero sorprendido- ah, por cierto, Muñoz, mucho gusto-dijo el hombre, con una semi sonrisa de cortesía-.
_Mire, es extraño, esto me confunde-dijo el comisario un tanto preocupado-, yo lo esperaba, esperaba a alguien, pero no se por qué. Supongo que de alguna manera usted sabe mejor a qué vino acá, y por qué yo lo esperaba.
_Tengo un negocio para hacer con usted.
_Negocio?, no me interesa… mire, Muñoz, o como se llame usted, vivo de la pensión generosa que recibo, así que si vino a desafiarme a un partido de pool dígamelo ahora, que con gusto lo voy a hacer perder –decía entre risas Iturralde-.
_Justamente, comisario, necesito que haga perder a alguien, que pierda a alguien.
_Tráigame un buen contrincante y con gusto jugare un buen partido.
_No, no, no se trata de eso –decía Muñoz girando la cabeza hacia ambos lados, cabizbajo-.
_Entonces que quiere, muchacho?
_Necesito que alguien salga perdiendo, o que pierda a alguien, mejor dicho…
_A ver si lo entiendo, joven, usted quiere que yo haga desaparecer a alguien –gradualmente la cara feliz y sonriente de Iturralde se fue convirtiendo en apesadumbrada, seria y con el seño fruncido-.
_Le vuelvo a repetir, Iturralde, que hay buena recompensa.
_Esto es absurdo, yo no se quien es usted, ni lo conozco, además… digo yo, por qué no liquida usted a ese alguien si tanto le…
_Lo tiene que hacer usted, Iturralde!-interrumpió Muñoz- le conviene, yo le digo que es por su bien.
Iturralde transpiraba y ya estaba nervioso.
_Mire, yo soy un hombre de bien, soy policía, hombre, no me joda, no quiero que…
La ausencia del hombre interrumpió a Iturralde, y cuando alzó la vista ya estaba abriendo la puerta y saliendo al exterior.
_Óigame! Carajo!, vuelva mierda!, quieto!, pero la putísima madre que lo re mil parió-se quejaba Iturralde resoplando-. Resolvió levantarse, se puso la campera y cuando se dirigía a la puerta lo detuvo el encargado y le dio un papel. Al salir a la calle lo leyó, no sin antes fijarse si Muñoz andaba por ahí cerca. El papel decía lo siguiente:
_No joda, comisario, hay buena paga, y si se niega lamentara lo que le quede de muerte en el infierno.
Iturralde se prometió así mismo que no estaba asustado, y que debía dar con ese hombre y detenerlo. Corrió hacia su auto. Después de desactivar la alarma, y tratando de que el viento y la tierra no le golpeen la cara, subió al auto de golpe. Algo lo había borrado por unos minutos. Cuando despertó, quiso arrancar el auto, pero no encontraba las llaves.
_Es esto lo que busca? –lo interrumpió el mismo hombre morocho del bar, ese tal Muñoz, mostrándole las lleves del auto-.
Iturralde atinó instintivamente con un movimiento rápido a sacar el arma que llevaba siempre en la cintura. Se amargó y dejó caer hacia atrás la cabeza, tras un largo suspiro, cuando recordó que hacía años que ya no andaba armado.
_No lo intente, comisario-dijo Muñoz, señalándole con la cabeza hacia adelante-.
Iturralde advirtió (pensó, como pensaba cuando era policía) la presencia de dos “Natalia Nuñez” –NN- masculinos, aparentemente mayores de edad, en actitud sospechosa.
_Que va a hacer, comisario?, le va a avisar al comando?-decía riendo irónicamente Muñoz-.
_Pero dígame de una vez por todas qué carajo quiere, hombre-articulaba entrecortado, Iturralde, sollozando-.
_Ya le dije, jefe, ya le dije. Tiene 24 horas a partir de ahora.
_Pero…, bueno!, está bien, que hay que…, a quien tengo que liquidar?-decía entre impaciente y confundido, el comisario-. Sonriendo, Muñoz, aguantando la risa dijo:_También quiere que le dé de comer en la boca?. Usted sabrá que hacer en su debido momento, y dentro de estas 24 horas que le quedan. Que tenga buenas noches.
Muñoz se bajó del auto, cuando Iturralde quiso irse recordó que no tenía las llaves y miró a su alrededor, a ver si las encontraba. Suspirando, mirándose las cejas e inclinando la cabeza hacia atrás se maldijo, pues tenía la llave en la mano. Cuando miró hacia fuera, ni los Natalia ni Muñoz estaban. Habían desaparecido. Ni un rastro.
Cuando llegó a la casa, se sirvió un wisky añejo y se fue a acostar.
Una sensación abrupta lo alertó, en los instantes que preceden al sueño, y con toda la autodeterminación y coraje que alguien tiene que tener, pero con lágrimas en los ojos, maldiciéndose una vez más, sacó la “Astra 100” calibre 9 milímetros que guardaba en el placard y fue introduciendo lentamente el cañón en la boca semi abierta, hasta que una mezcla de muerte y sobresalto, propia de instantes que se confunden en el tiempo minucioso y mínimo, lo asaltó, mientras los sesos se esparcían por toda la habitación.
Como quien vuelve de algún lugar, Iturralde, volvía al mundo, tras una eternidad o unos instantes en otro lugar, vivo, vital y sano; cuando unas voces lo despertaban de a poco:
_Le dije que había buena paga, agente, le dije…-se oía entre risas-.
_Lo que pasa es que el pibe no sabía lo bueno que es hacer adicionales -más risas-.
_Y…, si, así que ya se, el fin de semana que viene me voy de vuelta a la Bailanta a patear negros…
_Comisario, ehh…!, comisario…
_Ehh? Dijo Iturralde incorporándose y arreglándose la camisa, y secándose la baba que le corría por el mentón.
_Se quedó dormido, comisario, cuánto durmió anoche?-le decía un oficial principal, en su despacho-.
_No, no se qué pasó, déjelo ahí, Cabañas, déjelo ahí-dijo Iturralde, riendo, sin sorprenderse de que se encontraba como siempre, en su despacho de Comisario Inspector, como Jefe de la Unidad Regional.
_Avisale a Rañiguez que voy al Banco. Ya vengo.
Cuando estaba al frente del cajero automático, divisó en la pantalla del mismo algo que lo sorprendió por primera vez en el día:
_Cien lucas?, de donde mierda salieron estas cien lucas?.
Todo era más real que nunca, afuera hacían 30 grados, era el mes de diciembre, las 12 del mediodía, e Iturralde seguía siendo Jefe de Policía, alegremente, y ahora, con cien lucas.
Un hombre,¿era Muñoz?, se le acercó al lado, y le dijo con la misma voz:
_Día de pago, comisario?
_Así es-entre risas-, hora de cobrar.
_Ando con el móvil, jefe, si quiere lo llevo de vuelta hasta la unidad._Dale, tirame hasta allá, dijo Iturralde, mientras se guardaba algo de plata en el bolsillo, salía afuera y se subía al móvil, como si no odiara al Sargento Muñoz, como si muchas cosas, nunca hubiesen ocurrido, o al despertar en su despacho, las hubiese olvidado, o sencillamente el mecanismo de esos hechos inverosímiles no le importara: su mujer, francamente, seguía viviendo, él también, y le quedaban varios años de vida aún y de servicio activo y de retiro en situación efectiva, nunca había estudiado abogacía, le gustaba la caña quemada y ahora tenía una pequeña fortuna.

Saturday, October 22, 2005

No se que va a salir de esto. Simplemente me dispuse a escribir. Voy descifrando lo que es inconsciente a medida que escribo. Escribo para saber que existo, y que soy. A veces escribo para aliviarme, como quien busca tomar para olvidar. Yo escribo para vaciarme. Para vaciarme de lo que muchas veces duele. Duele esa tristesa (algunas veces justa y verdadera) metafísica, que día a día se hace notar recordándome que mi vida es una colección de proyectos truncos.
A los seis años empecé natación, luego, por miedos, dejé. A la misma edad me mandaron a inglés, y deje a las 2 clases, no se por qué, supongo que por algún capricho rebelde. A los 7, empece terapia con una psicóloga, y por desición de alguien nunca seguí, a pesar de que a los 15 años haya empezado de vuelta y en la actualidad siga. A los 14, quise irme a la Escuela de Suboficiales General Lemos, a aprender un oficio y ser militar, pero mi madre me desalentó. No fuí. A la misma edad también, empecé un curso de defensa personal de 3 meses, que nunca terminé oficialmente, no se por qué. A los 17, casi 18 me fui a Buenos Aires a hacer el CBC para medicina, la medicina es mi sueño, pero sin embargo, me frustre en el camino y me di cuenta de que quería ingresar en la policía de mi provincia. Me volví. Todavía estoy esperando a que me llamen, hay 3000 personas que esperan lo mismo que yo. Mientras, hasta que me llamen, hice los trámites para entrar como marinero, en la prefectura, por cobardía, por no estudiar para el examen de ingreso y porque no encontraba algunos elementos que debía llevar al día siguiente, no me presenté a rendir. Después me dijeron que me hacían entrar de cualquier forma si aunque sea me hubiese presentado. Me quería morir. Ese mismo año (el año pasado) decidí estudiar enfermería, empecé este año, me estaba yendo bein, pero dejé, aún no se bien por qué, creo que porque pensé que en octubre me iban a llamar de la policía, al fin, despues de un año de laburo fino para poder entrar. Ahora están de paro, y no creo que entre hasta dentro de un tiempo largo.
Me voy quedando en la vida. Cada intento trunco para hacer algo me deja exausto y desvastado, y vivo los días esperando a que pasen y a que algo en cada uno de ellos -días futuros- me sorprendan. pero parecen ser todos iguales. Cre siempre que estoy a punto de caer en un abismo , que nunca encuentro. Por mirar el horizonte, me voy tropezando con varias piedras del camino. Y aún no logro aprender. Sigo escribiendo, para alguna vez, publicar un libro y asegurarme que mi vida no es el sueño de algún escritor, pero aunque me pegue, o me revuelque, se que no me voy a despertar, sino hasta que ese escritor que me sueña, lo decida. Es atroz, espero cada día, pensando que ese día es el horizonte que esperaba, pero ninguno lo es. Entonces me siento vencido por mi mismo, por mis ganas de hacer cosas que nunca hago, por mis fantasías que nunca hago realidad, por mi seriedad, por mi tristeza, por el recuerdo de el gran amor que perdí (quizá -como dice la canción de Cacho Castaña- Por esa puta costumbre...). Y por esa puta costumbre (la de vivir como vivo, soñando) o no se cual, me dejo estar cada día, y me sorprendo cada vez que hago algo trascendente. No se como va a seguir esto, cada instante que lo pienso me siento exasperado, ansioso, tenso, expectante, pero al otro día, nada ocurre. Sigo igual, todos los días vuelvo a despertar, y a veces maldigo eso, todos los días me crece la misma barba y me sigo acostando tarde, todos los días vivo haciendo cosas por los demás (por mi vieja, por mi hermana), y a pesar de mirarme el ombligo todo el tiempo, sigo siendo el mismo, nada cambia, a pesar de que todo los intentos por vivir son truncos, sigo viviendo, y los demás me recuerdan, y de alguna forma trascendí y trasciendo, pero por los que me ven vivir, los que me ven de afuera.

Thursday, October 20, 2005

El día que el clan se sublevó

Algún ligero rumor vino a mi. Decía que las esposas de policías de la Provincia del Chubut se estaban manifestando para lograr una recomposición salarial de sus maridos. Una "dignificación". De esos hombres que trabajan los siete días de la semana, que arriesgan su vida 8 horas diarias y sin vacaciones, sentados 8 horas seguidas atendiendo el telefono que no para de sonar, escuchando las criticas y quejas de los vecinos, asentando novedades en el libro, hablando por radio, cuidando a los detenidos y estando atentos a todo lo que pasa en el turno(todo al mismo tiempo). Y no hay más hombres porque en la escuela de personal subalterno entran como máximo 70, cada 3 meses, o cuando el gobierno decide que se hagan los nombramientos(más agentes que entran, más sueldos para pagar, y menos plata para robar). Y el gobierno no está dispuesto a invertir en seguridad, porque no viven en los mismos barrios que todos nosotros, y tienen seguridad adicional o privada. Sinceramente, no les importa nada de nosotros, ni de esos hombres que van a meter las patas en el barro en el máximo abasolo a dejarse cagar a tiros gratis, porque las leyes garantistas no los dejan actuar, y ellos se llenan de bronca, se desgastan y se resienten con razón, porque son personas como todos, padres, hijos, hermanos, TRABAJADORES y como todos, también tienen miedo cada vez que salen a cagarse a tiros, por todos nosotros.
Más tarde supe que todo era más serio y grave de lo que pensé, y mi superyó me impedía ver la realidad, y en principio repudiaba toda rebeldía, cuando me enteré que también la misma policía se había acuertelado y estaban de "paro", como me dijo un oficial ayudante, de la secccional tercera. El 101, comando radioeléctrico daba ocupado. Eso es imposible. Habían descolgado el teléfono. Supe entonces, y cuando los vi quemando gomas en la unidad regional, que la mano venía "jodida", y que tenían razón. Y que la seguridad va a mejorar cuando los gobernantes (ejecutivo y legisladores) cambien las leyes inherentes a la seguridad y a lo procesal. Están usando a la policía como preservativos, y encima la gente los critica: "milicos de mierda, son vagos, te dicen que no se puede hacer nada, son ineptos e incompetentes", sin embargo pasaron el examen psicológico, que a mi me costó 2 horas y media resolverlo, quemandome la cabeza. Digo yo...., esa gente sabe lo que es ser policía, SER POLICÍA?, yo aún no lo se, lo sospecho y cada día lo tengo más claro. Pero al menos los respeto, a todos. Con sus caracteropatías, su seriedad, su jocosidad y su tinte grotesco, su verticalidad, porque acaso así los formaron, para cuidarnos, para que descansemos tranquilos. Pero no los dejan trabajar. Encima del sueldo de mierda, la gente los critica sin entenderlos y la justicia los procesa cuando matan a un delincuente que mato a muchos inocentes, a gente trabajadora, para robarles, mientras estaba drogado o alcoholizado y quemaban un comedor infantil en zona norte despues de un partido de fútbol, un negro de mierda que a ninguno de nosotros nos llega a los talones. Cuando le pegan a alguien con razón cuando ese alguien ya los tiene cansados, porque todos los días es el mismo, y se les rie en la cara cuando a las 24 o 48 horas queda en libertad.
Están cansados, ya no lo soportan. El gobierno de la provincia del Chubut tiene grandes fondos, las regalías petroleras son 4 veces mas que hace un par de años. Y les niegan un aumento a $1500 de básico???.
Cuando quemaban cubiertas y protestaban pacíficamente, salio un comisario a decirles que no eran piqueteros, que eran policías, que se comporten como tal.
El comisario está sentado como mucho 8 horas en la oficina, tomando café y tomando alguna que otra decisión. Gana alrededor de $4000, un agente, que es un escudo, un obrero y carne de cañón, gana cerca de $900(de bolsillo, no básico), y el esfuerzo que hace a diario es doble o triple.
A ver si esto se soluciona pronto, y como ciudadanos de un país generoso, comenzamos por aportar nuestro grano de arena, no solo a criticar, a ver si dejamos de votar en blanco o no votar (y despues sin haber elegido nos quejamos), a ver si por lo menos, para cambiar la atroz realidad dejamos de criticar a la policía, y los entendemos.

Monday, October 17, 2005

Los días

Algo o la idea de alguien, recordé esa mañana.
Recordé que todas las cosas, son acaso una sola cosa.
Y así como la dispersión y separación de los hombres en la ciudad marca individuales destinos, la mañana ajetreada de trámites, bancos y salas, y acaso las noticias vuelven a unir esos destinos separados. Y la ciudad y la gente vuelven a ser una sola cosa, el presente.
El candor de la mañana, la tenue y tibia tarde y la fresca noche, son fases que se repiten incansablemente y que no cejan, marcando, separando y dividiendo el sueño y la vigilia de los otros, que viven pensando en otras cosas, porque se saben de algún modo inmortales y con suficiente tiempo para reflexionar estas cosas algún día. Pero acaso ningún día los dejará reflexionar, los días obligan irremediablemente a los hombres a su secreta y oscura devoción por los trabajos y la ciudad.
Es por eso, que me he apartado esa mañana (casi como todas) a pensar y entender estas cosas, pero para eso fue necesario soñar trabajosas trampas nocturnas para obtener dinero estafando máquinas y con ese dinero poder costear mis días de ocio.Las catástrofes y terremotos, aquí (solo geográficamente) nos son ajenos, y no hay un día que deje de ser igual. Las mañanas, los mediodías (que existen solo para los que almuerzan), las tardes y las noches marcan con fruición, como castigo, el destino verosímil de todos los hombres, el mismo destino para todos. Porque las cosas, todas las cosas, son acaso una sola cosa, que hasta ahora, es indescifrable.

Sunday, October 16, 2005

Fiebre aftosa

El Dr. Arbusto Espinoso, un autentico micrófono von sachs del Derecho Romano, nos refiere un caso existencial que se puede referir a ciertas metáforas pasajeras de la filosofía del derecho. El sr. Planiol, como refiere en uno de sus escritos, tiene profundas experiencias que borronean las delgadas líneas rojas entre la vida y la muerte. He conocido, a César Isidoro Planiol. Es de mi especial interés, como el terremoto, la martingala y la medicina porque hace 40 años que soy médico. Y esa disciplina lleva a otros gustos e intereses. Por eso comento este caso, que me tocó atender.
Así como la vida le deparó experiencias envidiables con la muerte, a Planiol, le hizo experimentar males de otro reino. No tardó en llegar entonces, en las postrimerías de su vida un suceso que conmovió, confundió y conmocionó a la ciencia médica. A mi no tanto.
Érase un día que me encontraba atendiendo en pelotas –porque en mi casa se había roto el microondas que por locura mi esposa hacía funcionar como lavarropas-en mi consultorio de la gran raja que tengo en La Nueva Española (una filial rumana de la rotisería “La Nueva Victoria”, una rotisería que trabaja con comidas naturistas y tiene convenio con mi clínica de nutrición, salud y Reguetón. Yo tenía puestos los calzonis, y encima un largo guardapolvo blanco. Los pacientes no se daban cuenta de mi falta de ropa porque suponían que llevaba pantalones cortos, que no se veían detrás de mi guardapolvo. Esa es una de las verdaderas ventajas de ser médico (más que cualquier otra). Que se puede atender en pelotas, con un guardapolvo y nada más, y nadie se va a dar cuenta.
Golpean la puerta, entra la secretaria, y me dice en un tono presuroso que se encuentra un tal Planiol esperando para ser atendido. Le pregunté si se hacía atender por la Obra Social de los Empleados de la Gasolina y de la Guantanamera (la única obra social que atiendo, por cuestiones de la Republica Dominicana, del culo y de los sabores del porro-de Totó la Momposina-). Me dijo que no, que tenía SEROS (porque es profesor de electromecánica en la ENET), entonces le dije que tenía que abonar $100 para la consulta, porque soy un médico de puta madre y me hago respetar. Fui el primero en diagnosticar mal de cumbia sin bahiamilos, endoscopios, molestas venoclisis ni exámenes sanguíneos, solamente haciendo un examen clínico bien completo. La chingada, me dije riendo sin parar –y las bolas se me sacudían con fuerza- al fin podré comprarme con esta consulta una botella de Rutini malbec. Dale bomba, me dije, a atender, carajo. Hágalo pasar, le dije a la Brunilda.
_Buenas tardes, doctor-me dijo ojeroso y preocupado-.
_Digamé, que le anda pasando, nomás.
_Mire, estoy cansado, hace más de 2 semanas, me duermo en el trabajo, me siento cansado, me duele todo el cuerpo, tengo miedo que haya que rectificar arbol de viela y camisa.
_No se preocupe, le dije riendo. Debe ser una gripe aviar, pero primero vamos a revisar (reí de vuelta porque me había salido un versito).
_Creo que tuve fiebre también-me decía extrañado Planiol-, y tengo apollas en la boca.
En ese momento el culo empezó a sudarme con poder y mucha fuerza, pues presentí lo peor.
_Acuéstese en la acaimilia, le dije. La acaimilia es una camilla pero en forma de hamaca paraguaya fusionada con mesa quirúrgica, ya que también hago operaciones menores de acapela y a corazón abierto, en mi consultorio.
Entonces fui al estantecito y busque un bajalenguas, le hice abrir la boca y me encontré con las más oscuras y profundas cavernas pustulosas, crepitantes y calivectantes en mucosa, lengua y paladar blando. Le tomé la fiebre, tenía 40,5 cº. Le tomé la presión, tenía 180-100. Planiol sudaba, y sufría. Lo ausculté y en los pulmones tenía a toda la orquesta de Juanes, Bola de Nieve y Homero Expósito, junto con los neo Gardel y chabelitos con guitarra eléctrica y, como es de suponer, de Lolo, con su guitarra.
Mientras me iba al escritorio le dije:
_Esto supera mis límites amiguito. Lo voy a tener que derivar con un veterinario. Ahora se me toma ya un Sertal compuesto, o un paracetamol, como para bajar la fiebre. Usted tiene una fiebre aftosa de la gran siete. Dígame ya como mierda hizo para pescarse una enfermedad exclusivamente de ganado, usted es pelotudo?, o se hace? Digame ya o le patearé el culo más que a nadie, carajo. Usted está poniendo en peligro a toda la humanidad, hay riesgos de que ocurra una pandemia, o una epidemia a nivel mundial! –le dije con toda la furia lisérgica y cáustica-. Tu eres raca taca o que mierda, pendejo?, qué cardiovascular! ay Dios! –dije a punto de estallar, cantando-. Déjeme los $100 arriba del escritorio, y vaya a esta dirección, lo va a ver un veterinario cordobés, el mejor de la zona. Tiene suerte de que yo vaya a recomendarlo.
Se fue, Planiol, muy triste, pero sabiendo que tenía la culpa, de alguna forma. Porque yo se lo había hecho creer.
_Pendejo…-me dije riendo de vuelta con fuerza, y terminando la petaca de wikis australiano que guardo celosamente en un cajón del escritorio-.

No volví a verlo más, pero en otras ciudades se rumorea que no tardó en salirle pelo rojo en todo el cuerpo, cuernos, dientes enormes, que aumentó unos 200 kilos, perdió el habla, se produjo un retraso mental completo, camina en cuatro patas, está curado y come suaves pasturas en Trenque Lauquen, Provincia de Buenos Aires. Desde entonces, lo que se escucha a sus alrededores, en su establo, son solamente mugidos.
Irremediablemente, como Planiol experimentó con la muerte, ahora experimentaba como vaca, y por siempre, hasta que deje de ser inmortal y algún paisano despiadado, sin conocer su pasado, lo convierta en un rico asadito.

Thursday, October 06, 2005

Las clases de metafísica del Profesor Ítalo Jacques, clase nº 4

Un fenómeno documentado por un amigo del profesor:

Quiero dejar escritas las experiencias que he tenido con el Doctor Saint Kumalo, geómetra y doctor en ciencias fisicomatemáticas y cosmográficas. El Vicecomodoro Kumalo desempeñaba su carrera militar paralelamente con la mía en la Fuerza Aérea Argentina. Era medianamente reconocido en Latinoamérica por sus trabajos de investigación, que alguna vez, vanamente y con esperanzas de progreso envió a la NASA.
Se desempeñaba en el Escalafón General con especialidad en control del espacio aéreo.
Una tarde perdida en el ayer, iluminada por la tenue luz del sol, lluviosa por cierto, me hizo notar una de sus observaciones, de las que poco se podría hablar, pero razonar casi abstractamente era muy posible. Quizá era un poco insensato, delirante o producto de la imaginación formular que hacia el cielo se proyectan líneas casi imaginarias equidistantes, que nacen en el suelo.
Las líneas no son infinitas: caducan donde el oxígeno de la atmósfera escasea.
Una leyenda Inca habla por cierto de una raíz de un número par cuyo índice dependerá de la altura de la línea, de la cual la radicación de la altura total de la misma es un número que poco difiere de Phi. Pero es mera casualidad. Creí en un momento, que los Incas fueron los pioneros de este paradigma que habla sobre el origen de la supuesta letra griega o del número periódico que le corresponde, pero ahora tengo la firme convicción que los griegos han suprimido el origen del significado, atribuyéndolo así como creación suya. Lo importante de las proyecciones va más allá de cualquier valoración científica o técnica. Lo que importa es su valor metafísico, aunque pueda ser un tanto surrealista.
El motivo de la investigación de Kumalo era producto del castigo de sus superiores. Algún día me había contado que ordenó a un operador de sistemas de lanzamiento de carga aérea que dejara caer en cierta coordenada cajas que contenían armamento corto y equipos personales. El subordinado arrojó la carga en el punto establecido y algo muy macabro, siniestro y muy raro sucedió. El avión que cumplía la misión tenía órdenes de retirarse del lugar por el gran riesgo de ser abatido por el fuego enemigo en no se cual misión de paz.
Tres horas más tarde, a en la base aérea, llegó una comunicación por teletipo que expresaba la inmensa bronca del comodoro Rañiguez por no haber encontrado las cajas en el lugar previsto. No había una solución inmediata dado que el reabastecimiento del combustible tardaría 20 horas y los hombres necesitaban las armas para defender a la patria y sus vidas. Murieron 40 efectivos, entre oficiales, suboficiales y soldados.
Una aeronave de vigilancia divisó el día posterior a los hechos 10 cajas que resultaron ser las que se habrían lanzado el día anterior. Se había producido una desviación de 3 Km. .
Era una falla imposible. En ese tipo de operaciones el margen de error no sobrepasa los 100 metros.
Kumalo supuso entonces la desviación de las cajas como producto de un potente flujo magnético, lo que indica que las líneas tienen la capacidad de atraer cuerpos metálicos, que supone no un postulado científico explicando dicho fenómeno sino puro esoterismo.
Hay quienes no tardan es vacilar, que, la naturaleza de este fenómeno es la misma que la del fenómeno del triángulo de las bermudas, etc.
Hay otras teorías descabelladas que hablan sobre los pies de Dios sobre la tierra, que acaso son estas lineas invisibles y manifiestas con el magnetismo. Esta teoría ha desatado múltiples escándalos dentro de la Iglesia Católica, porque las lineas son finitas y Dios, por naturaleza, es infinito y está en todas partes.
Pero el propósito de este escrito no es investigativo ni científico, al contrario de lo que se pretende, es puramente anecdótico y de valor heurístico.

El día en que Dios aprendió algo

Dícese de un pueblo, como un rebaño, que mirando al mundo sin ver, no advertía que Dios estaba a sus espaldas. Dios desató truenos y tormentas, y el rebaño seguía sin verlo. Él continuaba con ansias de ser visto y descubierto.
Entonces, vino el mal -que el rebaño no reconocía como tal- y al ver a Dios que estaba detrás de sus animales, el mal huyó despavorido.
Dios continuaba mirando a su pueblo y diciendo:
_Te estoy viendo, y no te has dado cuenta aún. He prendido ya la luz (los relámpagos) y sigues sin verme.
_También he ahuyentado al mal, y sigues sin verme.

Entonces Dios, al fin pudo conjeturar:
_Quizás si dejo de preocuparme porque me veas, al fin podrás verme.

Entonces, inmediatamente, el rebaño, el pueblo, se dió vuelta y pudo contemplar a Dios en todo su explendor, descubrirlo y comunicarse con él.

Wednesday, October 05, 2005

Ruda crítica racionalista sobre las obras de Norwest, por Adam Wyde Lyson

Aunque sus obras carezcan como todas, de un propósito útil, suelen mantener la estética propia de un mundo compuesto por lo mítico, lo fantaseoso y la atroz realidad a la cual invoca para plasmar sus escritos.
Es triste imaginar que en muchas de sus obras ha invocado esa burda y bizarra metafísica que tiene por propósito mal logrado confundir al lector, y acaso a sí mismo, porque es evidente que disfruta de la psicosis y la confusión mental.
Sus obras son también desordenadas, no siempre se pueden realizar conjeturas comunes a todos sus cuentos y monólogos. Sus musas suelen ser vagas, insidiosas y descabelladas, y no tarda -en tiempos de ocio- en escribir algo solo con el propósito de acumular ideas dispersas, que no conducen a ningún objetivo que sirva siquiera para reivindicarse.
Cuando me propusieron escribir una especie de prólogo para su libro aún inconcluso, habiendo leido previamente solo algunas de sus narraciones, me negué rotundamente. Pagaban en Dólares, y muy bien. Fue esa salvedad y el temor a sentir culpa por mi desprecio hacia Norwest, que ahora puedo escribir con cierto desgano una crítica breve para su libro, o de su libro.
Lejos de tener disciplina para el arte literario y a pesar de las sugerencias de sus pares-que trataban fervientemente de desalentarlo-, Norwest sigue teniendo la burguesa idea de utilizar su arte desbordado de infamias para alguna vez llegar a publicar un libro y obtener un beneficio económico en concepto de ello.
Creo que esta crítica, lo único que hará, es incentivar a otros críticos curiosos a leer las obras de Norwest. Despertarían su curiosidad, la saña y el menosprecio por sus escritos -como ya dije antes-, inútiles.
Quizás, otros quieran comprobar la infamia de su literatura. A no pocos les gustarán, muchos pensarán que malgastaron su dinero, y otros que es un loco al que simplemente se debe sonreir y hasta ignorar casi por completo.
Sus aficionados serán lectores pasmados que buscan la perspicacia, son curiosos y tienen demasiado tiempo libre, aunque esto no basta. Deben ser a veces hasta melancólicos y sufrir esquizofrenia de tipo desordenada, y esto tampoco basta. Porque las cualidades de un buen escritor, nacen y se forman en la empatía. No en pensar con fines comerciales qué temáticas le agradaran al lector -de hecho los escritos de Norwest suelen carecer de temática-. No se trata de lo anterior. Sino de hacer con barroca gramática y fina redacción -pero de un tema concreto- que la lectura sea cautivante. Como es de costumbre afirmar aquí, las obras de Norwest -definitivamente- no poseen estos atributos.
No es dificil pensar que conseguirá una venta masiva de su libro gracias a mí, porque los compradores -al leer esto- sentirán una profunda lástima por el escritor y creerán que harían un bien al mundo, a sí mismos y a Norwest, comprando su libro: el libro de una pobre criatura que no tiene donde caerse muerta. Un libro hijo de un semi dios de linaje rebelde, miserable e indigente.
Cómpren su libro!, solo así podrán condenarme al fuego eterno o llenarme de laureles y darme la razón.
Aunque la estructura de la escritura de Norwest no sea útil (sino solo para lo que él supone para poder lograr sus propósitos, y que pocas veces lo hace) no deja de ser serena, compacta y piadosa.

Friday, September 30, 2005

Las cosas de las que hablamos, nosotros..., los del Clan

Mi madre me pide talonarios de factura. Se le acaban. Es monotributista. Me pide tambien un talonario de remito (adoro los remitos). Voy a una imprenta. Le pido a este gran conocido (semi amigo) que confeccione lo que pidio mi madre. Me preguntó si al final pude ingresar. Me sugirió hablar con el Co. B . El me podía ayudar. Conozco a B. Es un personaje. Viste un largo piloto, a veces ropa de todos los colores, es alto y tal vez desgarbado, misterioso, suele caminar por los pasillos de la UR. Me doy cuenta de que ese hombre es un verdadero justiciero, cuando C (de la imprenta) me cuenta que B cago a palos a unos tipos y lo desterraron a Paso del Sapo. Los hombres que luchan por causas justas, suelen ser desterrados.Cuando volvió lo destinaron a la BI. Y sigue siendo un bravo, como esa bravura e ira que desata la frustracion que los de afuera no conocemos, y que algunos de los que están adentro padecen, por mas que sean OP. Los imaginamos que con prisa y con un cigarrillo a medio terminar suben a un movil y se dirigen a toda velocidad a algun lugar, donde la gente los necesita, mientras hablan de cualquier otra cosa, de como salió Lafe, o Chaca, o Boca, y largando una bocanada de humo miran -inclinando la cabeza- el arma mientras retraen la corredera y verifican la recámara, para que no se les trabe. Se traban seguido. Todo nos recuerda al Reality Pol. en Acc. Y mis sueños son iguales a esa realidad, a la que mas de 3000 queremos pertenecer, por algún u otro fantástico motivo. Entonces C, me cuenta que el otro dia, B, fue al max abas y cago a tiros a unos pendejos que no dejaban pasar a los móviles del Com Radco. Entonces me doy cuenta de que muchos son hombres de honor, de respeto. Como sacados del lejano oeste, de la estirpe de los Sheriffs. Seguramente he nacido para ser uno de ellos.

Tuesday, September 27, 2005

Breve discusión acerca de la ocupación vista como existencialismo

Un señor:
si, absolutamente, yo no tomo cafe, su sabor es fuerte y a veces agrio, provoca irritacion gástrica e insomnioç
Otro señor:
y el cafe con leche directamente me hace mierda, creo que me cae mejor el anticongelante
Lady Pao (TQJ) .. que cosas son un acquire taste??? dice:
jajja esas son reacciones extremas
Lady Pao (TQJ) .. que cosas son un acquire taste??? dice:
creo que el cafe no me "despierta"
Lady Pao (TQJ) .. que cosas son un acquire taste??? dice:
lo que pensandolo de otra manera, me seria util para estudiar
Dios, que salva el metal, salva la escoria y cifra en su profética memoria, las lunas que serán y las que han sido dice:
yo desconfio de las cosas útiles, de alguna manera me las boicoteo, mi vida esta llena de cosas complicadas que yo mismo invento y de las cuales no quiero despegarme porque evidentemente, me gusta el sufrimiento
Lady Pao (TQJ) .. que cosas son un acquire taste??? dice:
todos creamos nuestros propios "metodos" para cosas que en realidad podriamos simplificar pero no lo hacemos porque sabemos que no funcionarian
Lady Pao (TQJ) .. que cosas son un acquire taste??? dice:
eso califica como sufrimiento??
Dios, que salva el metal, salva la escoria y cifra en su profética memoria, las lunas que serán y las que han sido dice:
en mi caso particular, convengamos que a veces disfruto de las cosas complicadas y de la rigidez
Lady Pao (TQJ) .. que cosas son un acquire taste??? dice:
esta bien

Sunday, September 18, 2005

Las clases de metafísica del Profesor Ítalo Jacques

Aunque los propósitos de este escrito son inútiles, y sus musas son extremadamente vagas, me atreveré a recordar lo que he aprendido, mencionando superficialmente algunos de los temas que el profesor enseñaba en sus clases y profundizando sobre otros que suelen confundir al mejor metafísico petrificado y oculto en la mas oscura caverna de la ya no existente Babilonia.
Debo aventurarme a objetar la opinión de algunos sabios, y afirmar casi axiomáticamente que en el presente escrito pueden ocasionalmente encontrarse sensiblerías románticas que los enamorados de la vida reflexionan a modo de moralejas, chabacanerías, cholulismo barato, filosofía extrema o la que los Ingleses llaman Hard, delusiones bizarras, reflexiones de Dioses, instrucciones de preparados cuasi mágicos que recuerdan a la homeopatía de Médicos austríacos y americanos como Ocampo, Terranova, Opalinhe, Sensaval, Lyogen, Pramiel of the Faustan, etc.; así como también sensaciones de viajes mágicos que el doctor describía, las producidas por tales drogas: metaraminol, éter, fentanilos, melatonina en exceso, memantina, bloqueantes neuromusculares e hipnóticos varios que describió y nos enseño el Doctor Jacques durante sus clases.
En realidad, el título de la obra no debería ser “clases de metafísica…”, sino “clases metafísicas”, por la manera del profesor de discurrir minuciosamente y con demasiada sutileza acerca de varias materias que habitan este y tal vez otros mundos.
Comenzaré con una breve biografía de nuestro estimado profesor, vivo aún, con residencia actual en Viena.
Nació el 27 de septiembre de 1911 en Liubliana, Eslovenia. Su padre era un arquitecto Francés que vivió los lejanos resagos de la Revolución, su madre era italiana y a toda costa quiso imponer un nombre italiano a su hijo. Las causas del porque el profesor nació en Eslovenia son desconocidas. He fatigado noches enteras en busca de metodologías para la investigación biográfica, y las he aplicado, incluso recurrí a la ayuda de muchos eruditos, pero concluimos en que no existen fuentes para descifrar por qué nuestro maestro nació allí. Hace años que he perdido todo contacto con él y solo me entere por buenas fuentes que está vivo, y que reside actualmente en Viena. Para aclarar dudas sobre su biografía bastaría con llamarlo. Pero no cuento con los recursos para contactarlo. Por escabrosos motivos similares y por desgano, me limitare a relatar los hechos, y no explicaré el por qué de esto o aquello, de por que vivió allí o estudió por allá. Realmente eso me fastidia mucho.
Se crió y estudió en Francia, al terminar el bachillerato en artes, estudió en algún país latinoamericano -¿Argentina? ¿Paraguay?- la carrera de medicina. Se recibió de médico en 1937, y en 1943 trabajaba como cirujano mayor del Ejercito Panameño. Observó con desdén los efectos psicológicos de sus soldados expuestos constantemente a guerrillas y entrenamientos inhumanos que superan cualquier esfera de pensamiento. Entonces, estuvo obligado a estudiar psiquiatría para tratar a sus pares. Cuando lo conocí, ya estaba bastante loco, y a veces no tardaba en murmurar que se había especializado en la Universidad de Buenos Aires. Estudio minuciosamente y profundizó sobre el psicoanálisis. Algunos no tardan en afirmar que fue uno de los fundadores de la Asociación Psicoanalítica Argentina, aunque sus actuales autoridades lo desmientan fervientemente. Hasta aquí se de su acontecer, porque no profundizábamos en cuestiones sobre su persona. Quizá podré describir algunos pasajes de su vida más adelante, a lo largo del desarrollo de la historia del contenido de sus clases.

Agosto de1965, primera clase de psiquiatría del Profesor Doctor Ítalo Jacques. El viaje al sol.

Me encontraba sentado, una vez, junto a la ventana del aula que daba a un jardín secreto. Así lo llamaba el profesor. Decía, que allí habían sido enterrados algunos de los soldados muertos en la campaña del desierto, mientras disertaba acerca de los mitos argentinos de la “Luz Mala”, aclarando que era mentira toda teoría de que lo que resplandecía era algún elemento como fósforo o algo así. En verdad afirmaba que la luz mala existía y nos explicaba el por qué. A pesar de dudar bastante acerca de sus conocimientos, siempre traté de creerle. Según él, la luz mala era la lamentación de los astronautas recientemente muertos en el primer, único y último viaje al Sol, anterior al primer viaje a la luna. Dice que tuvo acceso a secretos de estado de los Estados Unidos cuando fue agregado militar de ese país. Aparentemente, los norteamericanos habrían desarrollado tecnología material “ultraaltahipertermoresistente”, llegaron al sol, habitaron en él, hicieron barbacoa y fumaron cannabis a más no poder. A la hora de regresar, por una imprudencia de los aeronautas que estaba absolutamente drogado, estrellaron la nave en una estrella desconocida por el 99,99% de la gente que habita el planeta, llamada “Bad Light”. Uno de los astronautas era argentino, y quiso contarle su historia al profesor mientras éste realizaba un viaje chamánico. Así, este argentino quiso resplandecer en todos los rincones de la patria, aliado con otros muertos y osamentas en vida duramente martirizadas. Todo lo que relaté fue lo que el hombre argentino de la NASA le contó al profesor, y le rogó que hiciera de esta historia delirante para algunos, una historia real. A veces hasta la creo.
Aunque esta historia parezca el relato de un esquizoide o un psicótico, era el relato descabellado pero no menos real, de una de las anécdotas de nuestro estimado catedrático, que queriendo enseñar psiquiatría, a veces enseñaba todo lo contrario. Pero igualmente pude recibirme, aprendí mucho de él y actualmente ejerzo la profesión, a pesar que el 50% del tiempo el doctor dedicaba el tiempo de las clases a relatar este tipo de historias.

Clase 2: ejemplos del hombre y su psicosis.

Un conjunto de sentimientos independientes de una mezcla de cosas que no se bien que es...El doctor siempre nos contaba anécdotas acerca de un paciente, que compartió conmigo y cuya historia ya la conocía. Repetía invariablemente esa frase. “Un conjunto de sentimientos independientes de una mezcla de cosas que no se bien que es...” Era un marinero mercante estadounidense llamado Hanself, de unos 30 años, que había empezado con síntomas psicóticos. Medía un metro ochenta, estado físico atlético y solía vestir como un gangster norteamericano o un mafioso italiano. Cuando no lo hacía usaba un sombrero negro de ala ancha y a veces me manifestaba que lo había elegido porque siempre deseó ser un granjero de Missisippi. Oía voces. Las voces lo despertaban por la noche, bajo el ondulante movimiento marítimo, que hacía años que ya no le provocaba náuseas. Cuando se suprimieron las náuseas empezaron las voces. Un homeópata lo había medicado mal, supuestamente para crisis profundas de ansiedad, que al parecer le provocaban las náuseas; sin advertir que si sobrepasaba la dosis, realmente, el efecto sería el contrario al efecto deseado. Náuseas, ansiedad, escuchar voces… La ansiedad le provocaba náuseas, y cuando se intentó suprimir la ansiedad, ésta, según el paciente, en un principio desapareció, pero aparecieron las voces y con las voces, nuevamente la ansiedad. Un verdadero “trabalenguas mental” que confundiría a cualquier psiquiatra inexperto. En una de las clases nos mostró algunas de las entrevistas que había tenido al paciente, al cuál le pidió que suprimiera toda medicación homeopática. Lo medicó con clonazepam, diazepam, antidepresivos y algún otro medicamento, ya que al parecer las náuseas guardarían relación con alguna disfunción hepática. El problema se solucionó con el ácido desoxicólico, 30 mg por comida, en el almuerzo y la cena. Solucionadas la nauseas y la ansiedad, y lejos de irse las voces, se intento el psicoanálisis.

Entrevista nro 1:


Paciente: ayer, por primera vez apareció una persona igual a mi y me decía que todo lo que pasaba, lo que provocaba ese hombre lo hacía para confundirme.
Terapeuta: siempre hay una primera vez para todo, pero cual sería el motivo por el cual esa persona lo quería confundir?
P: ese hombre hacía cosas malas. Una vez golpeó a un hombre en un bar hasta dejarlo inconsciente.
T: entonces lo creó porque usted no podía hacerlo?
P: silencio. Se ríe.
P: algo así me explicó el. Pero en ese momento me confundió más. Le tiré una piedra que tenía sobre la mesa, la piedra pasó de largo y rompió la pared, se rajó hasta el techo y me dieron ganas de llorar.
T: Nada es gratis…, encima de que le explican la situación usted lo quiere agredir?, terminó atentando contra su propia casa…
P: Casa de mierda. Ahí falleció mi amigo. Mi mejor perro. Siempre quise que me hablara.
P: largo silencio….
P: Pero nunca quiso, me miraba fijo, hasta que un día se murió. Para mi que lo envenenó ese hombre.

Evidentemente, en la última parte, se nota un desdoblamiento o separación claros entre su mente y su cuerpo. No logra integrarlos. Por momentos comprende lo que el terapeuta le dice, incluso se ríe de él mismo, pero luego lo olvida y relata otro suceso donde según él ese hombre que el terapeuta trataba de confirmar que era él mismo, envenena y mata a su perro. Su mejor amigo…

El profesor logró dar con el tratamiento adecuado: una tarde le sugirió que fumara alcaucillium peyotis regularmente (el profesor se lo facilitaba), hasta que se aclaren un poco las cosas, lejos de aceptar, el hombre lo tomó a mal y no volvió a la consulta después de un mes. Cuando lo hizo, sus ojos estaban enrojecidos y reía. La cura fue progresiva y total, y la evolución clínica asombrosa. Era un hecho inédito.
Aquella fue la primera vez en la que el profesor se dio cuenta de que el destilado de alcaucil funcionaría en el tratamiento de algunos de sus pacientes. En todos ellos hubo resultados similares precedidos de psicoanálisis, por supuesto. A pesar de que otros psiquiatras desmintieran el efecto terapéutico del alcaucil mejicano y otras plantas ya que demostrados estudios clínicos así lo afirman, el tratamiento si era efectivo cuando lo aplicaba el Dr. Jacques, y no faltó oportunidad en que pidió a sus pacientes que concurrieran a la consulta después de haber consumido alguna de estas sustancias. Una gran leyenda…”medico-urbana”, o una gran verdad…, o quizá la casualidad y el azar jugaron papeles importantes. Nadie lo sabe, ni tampoco será develado en este libro. Nadie en la actualidad ha usado este método.
Clase 3: La Isla de Antífonas, viejo recuerdo teñido de delirios y exquisiteces.

Nos relató una vez, un viaje que hizo a la isla de Antífonas, a 200 km de la península de Hunk. Lo hizo para ver un paciente esquizofrénico. Lejos de enseñar el tratamiento de la esquizofrenia con este ejemplo, el profesor se limito a describir las maravillas del lugar.
Quién sabe por que arcano designio en la Isla de Antífonas era siempre de noche. A los lugareños no les importaba. En la isla había una tienda de antigüedades, un palacio, una pequeña cárcel con un solo prisionero y 4 guardias, una iglesia, un circo, una comisaría y un bar frecuentado por piratas. Aunque los piratas fueran anteriores a la época del doctor, aún en la isla quedaban algunos.
La Comisión de Guerra (jefatura de lo que podría ser un ejército, pero esta isla no contaba con fuerzas armadas, pero si con un Servicio Penitenciario de cuatro hombres) dirigía el Cuerpo de Guerra, que cumplía tareas específicas para solucionar algunos problemas, como el del tiempo y el de la eterna noche, las desapariciones de cosas, seguridad interna (había una comisaría con 8 hombres que funcionaba, pero que rara vez era útil y esporádicamente realizaba algún operativo contra los piratas mal llevados ), regulación de actividades de brujerías, hechizos y hechiceros y alquimistas, etc.


Próximamente, las continuaciones, pero no se hagan ilusiones. Soy aficionado y por demás vago, como dijo Julio Cortazar “Escribo cuando me da la gana”.

Tu ayer, mi ayer.

Veo pasar, como si nada, los colores de esta ciudad, la nueva. Construida sobre ruinas estás, y en tu anterioridad hay un rodeo de recuerdos que yacen en las profundidades de tu nueva, vigorosa e inverosímil imagen de tu recóndita urbanidad. Colegios, plazas, patios, desde Francia, te veo antigua y reseca, moderna y a la vez lluviosa, llena de viejos habitantes apagados, sin vida, con la mirada brillosa, que suplican ante otros ojos la salvación que no tienen y desean. Esos ojos ancianos, que te miran, que nos miran, son de buena estirpe, pues supieron afrontar los vientos de la vida y ahora desgastados, ardidos y dolorosos buscan consuelo en la muerte. Un lento comienzo, que se da por aludido cuando ya no somos jóvenes. Es entonces donde nos acecha. Así sin más. Así sin menos importancia, cursa la vida, con cosas, sentimientos y miradas. De pronto aparece una buena nueva. El amor llega y tampoco nos damos cuenta. Cuando perdemos, nos duele, lloramos, leemos Benedetti, comemos pastas los domingos en la casa de la abuela y nos resignamos a una vida llena de dolores, o de un solo dolor, que parece no terminarse, que va mas allá y que se refugia en la calurosa urbanidad de la primavera, de lo que debería ser amor, pero irremediablemente, es soledad. Nos pesa, y mucho. Hay a quienes la soledad en paz no deja vivir, lamenta, reprocha, resigna duele y empalaga. Los ancianos franceses, la han sufrido alguna vez. Cuando nos abandonan, lloramos solos, consternados en el mundo. Quien sabe si después de la despedida, habrá un reencuentro? Quien sabe si no serás tu quien muera esta tarde? Quien sabe, o quien lo sabrá para decírmelo, si me necesitas y no me lo puedes expresar… Te quedas muda y entonces, tras barrotes de hierro, de desamor, somos nosotros y otros, modificados por nuestros deseos. No hacemos lo que queremos, entonces nos conformamos con lo que hay, lo sufrimos minuciosamente pero solo se hace notar de noche, cuando se nos caen 200 lágrimas y entendemos, que el mundo es demasiado redondo para recorrerlo, y que en la busca de la plenitud, caemos por falta de equilibrio. Las horas pasan, las reminiscencias crecen, se nos hace todo triste, sentimos la angustia en el pecho, estamos ahogados, alienados. Se nos ha vedado el llanto, tenemos que forzarnos para que esas lágrimas, difíciles de cautivar por el afuera, salgan al ritmo de un llanto silencioso, que demuestra que hemos fracasado una vez más, y que para colmo, nadie lo sabe. Vale la pena entonces, doblegarnos, y observar el futuro, comprar las mejores medicinas en la botica de ayer, y estar prevenidos contra la más fuerte de las melancolías. Pero todo esto se vuelve inútil y vano cuando revivo una y otra vez esa imagen, tu soledad en el teatro, yo tocando el piano para vos, compenetrado en ofrecer a las flores y los árboles del mundo, la más representativa melodía de pureza y erudición. Comprendes mis mensajes, y atenta escuchas mi música, un cruce de mirada, y sonreímos, felices de lo que sabemos, conmovidos por lo que sentimos. El mundo en todo su esplendor es nuestro, voy a tu búsqueda, pero el deseo es demasiado grande. Entonces, mi proyecto se trunca y camino fantasioso, sin cumplir mi deseo, por las calles de esta ciudad, donde las ruinas del antes y el ahora, se fusionan y son una, dos y miles encrucijadas, que nos cambian la realidad y nos manejan como títeres. Aún no me has llamado, condolido de mi destino, lloro de vuelta con impotencia, y conmigo llora una rosa de lluvia del jardín, el que te vio crecer, a vos misma, a tu actual trascendencia y a tus anteriores y futuros recuerdos, mientras, sigo tocando el piano, sabiendo que no debo llorar, y resistir hasta el final, como esos ancianos que con la mirada brillosa, nos advierten que no hay otra vida sino la de ahora, y que abracemos entonces, lo que podamos y nos haga verdaderos portadores de felicidad auténtica, la misma que nos hace correr por los valles y las pasturas, y el mismo olor a hierba fresca, a tinta, a pluma, y a una antigua carta. Una foto sepia, dos en blanco y negro, ya no estas. Tus cenizas se mezclaron con la tierra, y están ahora con el mundo, colmándolo. Como haré entonces?... Para decirte que te amo, si tu has muerto joven y yo ya soy viejo, y sigo amando a esa joven que ahora debería ser vieja, pero que murió mucho antes. He quedado solo, he visto morir a todos. Me aproximo errante a mi cuarto, donde no tengo ninguna de tus fotos, lloro por recordar que alguna vez fui joven, y que debo partir. Con miedo a no encontrarte, después, en el más allá, tomo aliento, me relajo, y logro penetrar en el más profundo sueño de paz. Donde aparece al instante, tu nueva imagen fresca, que se reconcilia conmigo, y vuelve a sentir lo de antes, lo platónico, lo puro, lo intenso, lo sincero. Pero supongo, todo esto, es inútil en la realidad. Solo está eso, el recuerdo, que poco a poco se va desgastando. Va dejando de existir, cada vez más, por encadenada, repetitiva y consecutiva caducidad de los instantes de lo que fue un ayer cercano, y un ahora que se está yendo. Y si ya es tarde, perdóname. Y si ya no es lo mismo, solo perdóname. Solo sigo, sin encontrar resguardo, en este valle de nubes, de grises y verdes lágrimas. Lágrimas que a veces quieren ser de metal, se funden, no maduran y son de agua, el agua más triste, la más sedienta, la más sublime, la que la ciudad presencia ahora, la cual seguirá presenciando y percibiendo mi vida, mi ahora, mi futuro y mi pasado. Atado a vos, me duele saber, que ya no sos, sino en la fantasía. Como encontrarte? Nuevamente…, como hacer? Que me sonrías otra vez…, Como intentar? De nuevo ser felices. Se que para vos no es tan drástico, tan triste ni tan lacrimógeno. Pero lo que antes fue mi presente y realidad, es ahora pesada nostalgia.

Thursday, September 15, 2005

La estirpe

Solo, sales de aquella casa, recóndita, oscura, húmeda. Mientras, el sol se va deshaciendo en el horizonte, fundiendose como la manteca. En la mano tienes algo. Te estoy soñando, sé que vienes hacia mí. Estás muy lejos, pero en una fracción de segundo, ya estas a escasos metros de mi casa. Afuera, el sol marca el ocaso, y el ocaso, marca el desgano de una ciudad pequeña y cansada. El tiempo ha vuelto atrás. Estoy soñando con los modestos acordes que un moreno con aires de venganza tocaba con su guitarra en la pulpería de Recabarren, en la Pampa. Soñaba con ese lugar solitario. Había poca luz.
_Con la luz que queda me basta-dijo Martín Fierro al moreno, hermano del que alguna vez había matado-. Entonces comprendí que estaba excedido.
Así como Borges se encargó de hacer mortal la figura de Fierro, porque sus días estaban acabados, un enviado por alguien, supo también que debía acabar con mis días. Entonces me despierto cuando el negro está limpiando el cuchillo en los pastos, ya casi de noche. Pero sorpresivamente no estaba en mi habitación, como cuando siempre me despierto de la siesta. Estaba en la Pampa, era un gaucho del sur, sin tierras y que alguna vez cuando era más jóven había matado a un hombre en una milonga, había perdido a mi mujer y a mis hijos, y tan solo, al volver de algún lado, había hallado la tapera. Me estaba muriendo, mientras la luz del día se estaba yendo. Comprendí también que mi estirpe era la misma que la de Fierro, y que necesaria y definitivamente la descendencia de Fierro debía quedar limitada por mi muerte, y que ahora mismo debía también quedar grabada en la memoria del universo, con la mejor de las suertes… Entonces dejo de ser Martín Fierro, soy yo. Y estoy en mi casa, ya estoy despierto y corro con prisa a abrir la puerta de mi casa, resignado a mi destino, porque como Dalhmann esta, es la muerte que hubiese elegido o soñado, si bien me resistí un poco, cuando al abrir la puerta, un hombre alto, robusto y colorado me pregunta si está el patrón, y tras algún balbuceo, nos adentramos en una esgrima atroz, en la vereda, cuando ya la noche no estaba lejos y la fresca se hacía sentir.
Ya no recuerdo quien soy, ni quien fui. Ese enviado, ha cumplido con su misión.

Sunday, September 11, 2005

Fundamentos de la vida macroscópica

Vivimos, somos, vemos cosas aquí y allá, los autos pasar, la lluvia, a veces nos enamoramos, con frecuencia vamos a comprar víveres y nos relacionamos con alguien. Cada vez que la lluvia cae, una reminiscencia vuelve en si hacia nosotros, haciéndonos ver que ya no somos los que fuimos, y que cada vez se muere más gente que antes no se moría…Indudablemente, somos humanos.

Herpudes

Herpudes es un humanoide, casi semi dios, es adorado en las profundidades del mar. Suele aparecer cuando la gente delira, se ve aqui y allá, haciéndonos ver cosas y gobernando nuestra mente como él guste. Pero no deja de ser generoso.
Algunos dicen que tiene una gran barba negra, que es tan puntiaguda como las espinas de un cactus. Suele andar semi desnudo y solo crea en los que lo ven, respeto, temor y ocasionalmente un asco que nos hace ver la vida en toda su plenitud.

La España medieval

Volando en las profundidades
De esta alma mia
Ciega los rincones en su dia
Y oculta sus diversas debilidades

Careciendo de toda hipocresía
Y buscando la más profunda de todas proezas
Encuentra en sus mas grandes tristezas
Días de lujo y bizarría

Terranova en esas tierras gobernaba
Con nepotismo y autentica maldad
Es virtud de quien no sabe la caridad
Encontrar tampoco sabe la causa que cegaba

Muerto una vez ya de viejo
Con honra su pueblo festejaba
Con guisos y porotos en reconditas aldabas
Cocinados por Farrell, de todos el mas añejo

Este relator de sucesos de la España
Con saña y con prudencia esclarecía
Los hechos que ya no son hoy día
Y yacen enterrados en la roca de su entraña

Saturday, August 20, 2005

La serenidad del Limbo

Se despertó repentinamente. Allí estaba. Solo. Como si alguien o algo lo hubiese dejado ahí. No distinguía otra cosa que el color blanco. Todo era blanco, blanquísimo. No había nada, absolutamente. No podía ver su cuerpo. Era como una filmadora, como un par de ojos que no pueden ver ni los bordes de la nariz ni algunas adyacencias de la cara. Definitivamente carecía de cuerpo, solo veía blanco. De pronto se vió venir, de frente, caminando como en cámara lenta y con un estilo único, girando la cabeza levemente y volviéndola hacia algún lado, parpadeando suavemente. Su cara y aún su cuerpo caminante le dirigían la mirada casi fija. Lo único que alteraba el eterno color blanco era su cabello rubio. Toda su vestimenta era blanca. Una camisa de seda blanca, un pantalón fino blanco, zapatos blancos.
No había ni suelo ni cielo. Su cuerpo cada vez se aproximaba más, hasta que llegó al lugar desde donde él se veía y de pronto tuvo control de sí mismo, de sus brazos y sus piernas. Al fin pudo sentirse, y seguir caminando eternamente al encuentro de la nada, que acaso ya la tenía y no se daba cuenta.

La panadería

Todos los días voy a la panadería a comprar algo para la merienda. Es como un ritual. La panadera es siempre la misma, alta, robusta y casi obesa, con una mancha violeta en su cara que día a día parece agrandarse más.
Ayer ha sucedido lo increíble: luego de pagarle por las cuatro facturas, dijo "chau, gracias", y como una cosa sobrenatural convertida en una especie de energía, mas fina que la lluvia y arqueándose, dejando que todos sus colores se mezclen, se metió adentro de una torta frita y se quedó ahí.

Saturday, August 06, 2005

Sueños circunferenciales de un arrabal

Algo me hizo recordar un sueño que he tenido: el despertar a una agobiante realidad.Falud Fraqfastin habría soñado con el occidente, casi con la tradición, casi con lo que puede parecer un carnaval o una fiesta de verano, casi con un arrabal ; un poco más al noreste de la provincia de Misiones.Resulta extraño saber que ocurrió al sur del Brasil, y no en la Pampa.Falud Fraqfastin parecía agobiado y atormentado. Había soñado con algo que sospechaba que no existía, pero de hecho se equivocaba. Estaba confundido, quizás porque el espacio geográfico soñado no sería conocido por él.En sus sueños, aparece el inquilinato, los jóvenes divirtiéndose en una tarde calurosa, una anciana -dueña del inquilinato- y una siesta de un personaje apócrifo -¿Dalhmann, Acevedo, Ureña?-. La habitación donde se hospedaba la humana materialización apócrifa de un alma tenía una ventana con cortinas transparentes que daba a una llanura semidesierta -pero no menos agradable-.Resulta imposible de creer -aunque no se sepa la causa de ese escepticismo- que había un par de rieles o vías ferroviarias por donde paraba un tren por día.Falud pensó que así como no se sabía hacia donde se dirigía el tren, menos se sabría acerca del destino o la procedencia de los apócrifos habitantes de un sueño fantasma. Entonces, se dispuso a averiguarlo, no sin menos desesperanza que un condenado a muerte.De alguna manera, el soñador, llegó al Brasil. Pensó que su grosera desorientación lo ayudaría a ubicar el lugar, ya que el azar demuestra más variedad que el preciso conocimiento; y por lo tanto ir al azar y sin rumbo a algún lugar lo ayudaría a encontrar el lugar soñado. Pero había un problema. Recién comenzaba el mes de septiembre, y aún faltarían meses para el soñado carnaval.El soñador anhela sin causas la llegada de la noche y se hospeda en una humilde hostería.Se queda dormido en la cama de la habitación. Tiene un sueño: la geografía de su país es completamente distinta y no guarda relación siquiera su ciudad de residencia con su sueño.El Brasil soñado ulteriormente combinado con el sueño que Falud tiene en la hostería, son el Paraíso, por eso muere y encuentra la dichosa utopía.Por eso, son objeto de mi sueño, y su otro sueño -el complemento de su muerte-.Hay cuatro sueños. Dos de ellos encerrados en la mente de Falud -mi sueño, el más real que tuve- es el sueño de mi muerte. La muerte que encerrará finitos pero cuantiosos sueños, hasta que el círculo se cierre y sueñe conmigo, que sueñe ser otro; y mis sueños y la perdida memoria desgastarán y modificarán mi persona.Por eso naceré nuevamente, teniendo la edad a la cuál morí y siendo otro pero casi el mismo, teniendo en mi infinita cadena de vidas un solo objetivo inútil: encontrar el arrabal, que en todas las vidas y en los primeros sueños de los comienzos de cada una se repite inmutable.Tengo la tediosa capacidad de recordar mediante sueños, vidas anteriores.

Tuesday, August 02, 2005

Queso de los Curas

En el año 1922 la capellanía del RI 7 del Ejercito Argentino sito en Junín, estaba compuesta por seis sacerdotes, dos de los cuales eran Franciscanos, dos presbíteros diocesanos y dos salesianos. La servidumbre de los mismos que se extendió en promedio por treinta años (cabe aclarar que poseían distinta antigüedad), había hecho que los caracteres y la disciplina propia del ámbito castrense de los mismos se fuera desgastando, gradualmente, con los años. Los franciscanos vestían casi siempre su casulla marrón y sandalias franciscanas, como les es propio. Rara vez, en alguna ceremonia o acto militar vestían uniforme. El resto de los sacerdotes solían vestir el uniforme de diario, con camisa y el cuello que los distingue y las jinetas en los hombros. Todos los padres poseían el grado de Teniente Coronel, salvo un salesiano que era Capitán.
Cabe mencionar que aquella unidad militar era particularmente tranquila, el personal que la componía vivía en total armonía, la convivencia era plena, el clima agradable y se percibían allí adentro factores que hacen a la cultura criolla, de campo, un tanto gauchesca, pero nunca ostentosa. Los miembros de aquella milicia se sentían hondamente argentinos y estaban orgullosos de ello.
En cuanto a los curas, se puede decir que sus vidas eran estrictamente rutinarias, y se reducían al ejercicio de oraciones, era clave en ellos recitar el Rosario todas las mañanas, alrededor de las 05:00. Luego, cuando se les antojaba, para hacer alarde de un leve anacronismo concurrían a la formación como a las 07:00 de la mañana. Entonces, luego de la misma desayunaban abundantes e ingentes cantidades de mate cocido, pan casero, manteca salada, queso y algún fiambre o factura embutida como chorizo seco de campo o bondiola, de elaboración propia. Claro está que hacían lo mismo los días que no se presentaban en la formación de la mañana, en tal caso comían después de dedicarse a la quinta que poseían a escasos metros de la unidad, en un casco de estancia que obtuvieron por maniobras sospechosas, casi fraudulentas, administrando políticas y algún que otro estatuto en el obispado. La quinta constaba de un pequeño criadero de chanchos quimileros, gallinas y otras aves de corral, hortalizas, verduras de hojas y un galpón donde elaboraban los fiambres.
El resto del día lo dedicaban también a la quinta, a dormir la siesta y a tareas administrativas que interesan a la organización del clero castrense. Los miércoles a las 18:30 había misa obligatoria para todos los soldados y suboficiales de la unidad. También la había todos los domingos, a las 08:00.
En sus ratos libres deliberaban sobre cuestiones bíblicas y filosóficas, algunos eran platónicos y otros aristotélicos, pero todos simpatizaban con la filosofía escolástica, con San Agustín de Hipona y con Santo Tomás de Aquino. De vez en cuando leían algún fragmento de alguna poesía clásica.
En noviembre de 1924 algo espantoso irrumpió la habitual tranquilidad de la unidad.
A continuación se adjunta la declaración indagatoria de uno de los sacerdotes imputado por Homicidio agravado.
“En la ciudad de La Plata, a los 15 días del mes de diciembre de mil novecientos veinticuatro, el señor juez en primera instancia en lo criminal, doctor Nicanor Rivera Márquez, acompañado de mi el infrascripto secretario de Actas, se constituyó en la Sala Central de la Cámara del Crímen nº 4 a los efectos de tomarle declaración indagatoria como imputado en la causa “s/dcia. Homicidio agravado Jorgelino Santos Casinni”, el que previo el juramento a decir la verdad de todo lo que supiere y le fuere preguntado fue al tenor lo siguiente”:
—El padre Santos Casinni era Teniente Coronel. Ya se estaba por retirar. En esos días había venido a la unidad un contingente de religiosos, algunos colegas, otros no. Se acercaron por un retiro espiritual.
Su filosofía no concordaba con la nuestra y cada vez era más empirista. Sus ideales sinceramente, nos molestaban a todos los sacerdotes de la unidad.
En la tarde de no se qué día la onda expansiva de los ejercicios de tiro lo dejaron sordo, y no solo eso, eh... , sino que la sordera sobrevino a un período de convalecencia, de dolor, de perforación de los tímpanos. El Teniente Primero Dr. Ragido dijo que tenía que guardar reposo. Desde entonces él y sobre todo yo que soy enfermero profesional además de sacerdote, nos hemos sometido a metódicas servidumbres, yo como el hombre que realiza las curaciones y lo atiende y él como paciente. ¿Me cree señor juez si le digo que no ha hecho otra cosa que rompernos las pelotas por demás de la cuenta y que ha exagerando su dolor a pesar de los analgésicos?, usted se somete a servidumbres pero dentro del juzgado, doctor. ¿Acaso lo hace usted por un interés personal? Usted es un burócrata barato. En realidad eso no debería interesarme. Sé que debo continuar con la declaración. Porque aunque usted este acá para hacer ejercicio de la corrupción en sus horas libres, como quien gana dinero por las horas extras; reconozco yo, que igualmente estoy ante la justicia y que debo declarar.
Y quiero continuar diciendo que no voy a negar que fuí negligente y que no soy menos culpable por la muerte del padre, pero soy sacerdote, y cumplo y hago cumplir la voluntad de Dios. Y solo el sabe –como es de costumbre afirmar- si lo que necesitaba el ahora difunto era estar más cerca de él. ¿No dice el Padrenuestro :”hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo”?, yo no soy egoísta y además he seguido toda mi vida el camino de la abnegación en todo sentido. Aunque resulte fuerte, voy a decirlo. Creo que a impulso del sentido de mi deber he mandado a ese pobre hombre al cielo, al paraíso, al limbo o al infierno. Dios dirá. No por mi voluntad, ya le dije. “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”.
Pero creo que a usted lo que ahora le interesa es que yo confirme la veracidad de lo que andan diciendo por´ái, los que usted llamó como testigos. Y voy a ir a lo concreto.
Verá: yo soy hipertenso, y así lo afirma el examen al que me sometió el cuerpo médico forense de esta dependencia judicial. Una noche, inmerso yo, como siempre, en la servidumbre fui a colocarle la habitual inyección de sulfamídicos al enfermo ese. No me sentía bien. Me dolía la nuca y el estupor que me asalta en cada episodio agudo de mi enfermedad disminuía mi lucidez. No me acuerdo si le tocaba en ese momento recibir 5 o 15 ml. A eso súmele mi distracción y mi malestar. No estaba en condiciones de atender a nadie aunque sea yo el más indicado, profesionalmente. Pero pobre hombre eh... La verdad es que ciego a las culpas el destino y yo hemos sido despiadados. Pero quizá al Señor no le importó que no midiera bien la dosis, y que a mi sinceramente tampoco me importara. Se tenía que ir, doctor. Se tenía que ir. Por eso pasó lo que pasó.
Se murió a las 02:39 de la mañana, luego de una fase tóxica y de delirio. El médico de guardia de la unidad no disponía de un antídoto. Y como el medicamento no fue administrado por vía oral, sino intravenosa, imagínese.
A propósito... ¿Probó usted, doctor, alguna vez el queso que hacemos nosotros? Lo tiene que probar. Es exquisito. Realmente. Y yo tengo un muy buen paladar, al igual que para los vinos. Al otro día del desafortunado fallecimiento de nuestro querido padre Casinni, me dispuse a carnear un chancho para hacer facturas. Como para matar la desazón, ¿vió?
Y..., bueno...
-¿Bueno qué, padre?; ¿bueno qué?, el cadáver no está como naturalmente debería estar-dijo el magistrado mirándolo con el seño fruncido y la cabeza inclinada hacia la izquierda, levantándola hacia arriba y cerrando casi por completo el ojo izquierdo, que no dejaba de entrever al sacerdote y que parecía inquirir rigurosamente qué habría sucedido con el cadáver-.
Estas son las últimas líneas de la declaración. El sacerdote pidió un breve receso por una extraña molestia estomacal y dolor de pecho. Pronto, y luego de los diez minutos de descanso que había solicitado, el juez notó en sus ojos más sangre de la que habitual y normalmente tiene cualquier ser humano. Le preguntó, entonces, si se sentía bien. Pero a sorpresa del magistrado y el secretario, éste respondió que el dolor era cada vez más intenso.
Esa noche, un coche de plaza lo dejó en el hospital. Lo internaron por una dolencia cardiaca, y, aunque no parecía muy grave y los médicos lo creían sano en unos días, a la mañana siguiente se quejó de vuelta y la enfermera que le fue a dar la inyección a la tarde lo encontró muerto.
A veces, con el peón de la estancia en cuyo casco está ubicada la quinta de los curas, mateamos hasta el atardecer, o antes de la formación, cuando en el oriente ya clarea. Una de esas veces me confesó algo, que al principio no creí, quién sabe por qué. Un día, 2 o 3 meses después de la muerte del padre Casinni, el hombre que cuidaba del casco se sintió cansado, al atardecer. Recordó que en el galpón donde los curas hacían los fiambres y realizaban otras tareas con herramientas, habían sobrado por alguna razón unos diez fardos de alfalfa y pastos secos. Resolvió dormir un rato allí.
Se despertó con frío, afuera ya casi estaba oscuro y había dormido más de lo previsto.
Se percató de la presencia de un sacerdote, ¿o de una sombra? En todo caso, si era una sombra, tenía la voz del difunto reverendo P. Tcnel. D. Cilas (el negligente enfermero de Casinni); y decía así:
— Ya probarán mi nuevo estilo de queso con chicharrón..., les va a encantar… Luego de esto comenzó a salir de sus labios un claro silbido de algún tango.
El peón se dijo que no estaba asustado, pero sin embargo no dejó de llamarle la atención el ruido de un cuchillo cortando carne, en algún lugar del gran taller.
Segundos después, el miedo casi nulo del principio pareció ir aumentando a medida que caían en el tacho de la cuajada del queso, groseros tamaños de lo que parecía ser hígado, que iban brotando a unos 70 centímetros del borde del recipiente, como si alguien invisible los tirara, o por lo menos, como si una sombra los tirara.
La autopsia del P. Casinni revela que hay anormalidades en su abdomen. Raras cicatrices hechas inmediatamente después de la muerte; y formas que alteran el normal aspecto de un hombre sano. Las cicatrices parecían quirúrgicas y las había hecho alguien que sabía del tema.
Contradiciendo la doctrina cristiana, al difunto padre lo cremaron.
Nadie iría a prisión. El único acusado ya estaba muerto, y el queso elaborado después de la muerte de Casinni, el queso de los curas..., ya se lo habían comido los de Intendencia.

Comodoro Rivadavia, 2004